Esta semana quiero hablar sobre lo que no se puede o se evita incluir en nuestras conversaciones cotidianas, o en su defecto, sobre aquellos temas de los cuales alejamos a nuestros hijos con el fin de mantener una supuesta “inocencia” que en muchas ocasiones representa un temor implícito que inyectamos a nuestros retoños, haciéndolos más vulnerables al sufrimiento producido por la falta de conciencia sobre la vida. Estos tabúes corresponden al sexo y a la muerte. Me resulta paradójico que estos temas, partes constitutivas de la vida y del ser humano, sean tan evitados por las personas, sin embargo, sólo son parte de una serie de conceptos y hechos de la vida que son considerados tabúes y que a más de una persona hace sonrojar o angustia a la hora de hablar sobre el tema.
Podemos hacer un ejercicio muy simple que denota precisamente como algunas cosas simples y naturales, se llenan de atributos sociales que lo transforman en un tabú. Comparemos los verbos dormir y defecar, me imagino que la reacción corporal que en usted generan ambos verbos es muy diferente, pero si lo pensamos bien, ambas son parte de las actividades más comunes y universales que podemos conocer, sin embargo, años de significación cultural establecen una clara diferencia entre ambos conceptos que nos llevan a preguntar con mucha tranquilidad “¿Cuántas horas duermes al día?”, y a tartamudear al preguntar “¿Cuántas veces al día defecas?” (Cabe señalar que ambas preguntas son de gran importancia para indagar en la salud de una persona).
Volviendo al tema del sexo y la muerte, el hecho de que se transformen en temas socialmente omitidos, ha generado una serie de dificultades en las personas, principalmente los jóvenes, cuando estos temas que vuelven parte de su vida. Esto ha quedado muy en claro con el sexo, incluso muchos estudios realizados alrededor del mundo han demostrado que la ignorancia en temas prácticos sobre el sexo, estaría directamente relacionado con el embarazo adolescente, es por esto que en muchas partes del mundo, incluyendo a Chile, se han generado una serie de estrategias educativas que acerquen a los jóvenes y niños al tema del sexo, de manera tal de poder tomar decisiones lo más informados y concientes posibles. Pero en relación a la muerte, creo que estamos muy desaventajados aún.
El enfoque religioso y filosófico sobre el tema de la muerte es muy importante en este plano, pero esto no debe estar en desmedro de los aspectos prácticos que son parte de la muerte de las personas, ya que son estas cosas las que nos permiten estar más preparados a la hora de enfrentar a la muerte ya sea propia como la de un ser querido. Sin embargo esto requiere de un trabajo muy profundo al igual que el que se dio durante muchos años para poder hablar de sexo, ya que son muchas veces las personas de más experiencia vital las que en ocasiones simplemente se descompensan a la hora de hablar sobre la muerte, siendo que deberían ser estos los encargados de dar el ejemplo a las nuevas generaciones.
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