Hoy, muchos estudiantes enfrentan desafíos emocionales y psicológicos sin precedentes. Como educadores, es nuestra responsabilidad entregarles herramientas para enfrentar estas dificultades. Desde la Escuela Básica Río Blanco, queremos relevar la importancia de una convivencia educativa con enfoque integral, donde el desarrollo de habilidades socioemocionales sea un pilar para fortalecer el aprender a ser en nuestra sociedad.
Incorporar el bienestar emocional al quehacer pedagógico no solo beneficia a cada estudiante, sino que contribuye a una comunidad escolar más empática, resiliente y cohesionada. Por eso, creemos que este enfoque debe ser prioritario en todas las instituciones educativas, sin esperar a que ocurran desregulaciones emocionales para intervenir. En nuestra escuela lo hemos vivido mediante el Modelo Pionero de Fundación Anglo American y su sistema “proyecto de vida”.
El abordaje socioemocional va más allá de resolver problemas puntuales: implica reconocer que la educación es un proceso integral que debe considerar el desarrollo emocional y social de cada estudiante. Cuando los jóvenes se sienten valorados y comprendidos emocionalmente, se genera un entorno más propicio para el aprendizaje.
En nuestra comunidad, este desafío se ha asumido con estrategias pedagógicas concretas. En clases de orientación y religión (ética y valores), analizamos los diagnósticos socioemocionales para conocer el estado emocional de nuestros estudiantes, información clave para diseñar intervenciones efectivas. Destaca también el taller “Vida Sana”, que vincula mindfulness con el currículo, fomentando el autoconocimiento, la regulación emocional y la participación de familias, fortaleciendo el vínculo escuela-hogar.
A ello se suma la implementación de una Sala de Contención Emocional, espacio de apoyo inmediato para estudiantes que lo requieren, promoviendo una cultura de cuidado y priorizando la salud psicosocial dentro de la escuela.
Estas acciones nos han permitido crecer como comunidad. Por eso, hacemos un llamado a todas las instituciones educativas del país a priorizar el bienestar socioemocional de niñas, niños y adolescentes. Así, no solo favoreceremos ambientes de aprendizaje más saludables, sino también el desarrollo de competencias clave para construir proyectos de vida plenos y saludables.
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