La cumbre de Alaska, entre el presidente de Estados Unidos (USA), Donald Trump y su homologo ruso, Vladimir Putin, nos puede parecer lejana, pero los efectos indirectos de esta, definitivamente tendrán un impacto en diversas áreas de nuestra vida.
El nombre “pursuing peace”, esta muy bien seleccionado por parte de la organización, ya que nos muestra un proceso en movimiento. Entonces ¿por qué el mainstream se apresuraba en destacar la falta de acuerdos?. Quizás, si hubo acuerdo, considerando los últimos acontecimientos en Ucrania y el Caribe.
En encuentros de alto nivel, con agendas en extremo estrechas, seria un despropósito juntarse para nada, ademas, sería una fantasía pensar que en 3 horas de reunión se pueda decidir un cese al fuego, en una guerra que lleva años de hostilidades como la actual entre Rusia y Ucrania.
Tengo la impresión de que los objetivos de ambos mandatarios se cumplieron, antes de la reunión, ya que recibir con alfombra roja en suelo norteamericano a Putin, honores militares, un B2 en formación y subir juntos a la “bestia”, son señales que dejan atrás la imagen de paria, que infructuosamente trataron de construir, para el lider ruso, en Europa occidental. Por otro lado, Trump, va consolidando su rol de “pacificador” y líder, recibiendo en la oficina oval en Washington, a los mayores fabricantes de armas Europeos y sentarlos como niños castigados, en la oficina del director.
El mundo siempre ha estado repartido por áreas de influencia de los poderes hegemónicos, el factor novedoso en esta etapa de la historia, es China, la que luego del largo “siglo de humillación”, retoma un un rol hegemónico mundial, del que había sido relegada a un segundo plano, después de miles de años de gobernanza imperial.
China, al reclamar, en diversos ámbitos, su perdido rol, ha dejado claro cual es su área de influencia. Europa occidental, aun con la resaca de la ley Marshall y los subsidios de USA, creyó ingenuamente que todo marchaba como en 1990 y quizá confundió a Putin con Yeltsin. Mostrando una insuperable cantidad de errores geopolíticos, se abre paso hacia la irrelevancia, ya que en la oficina oval, quedó claro que las esferas de poder hegemónico se dividen entre USA, Rusia y China.
Nosotros, desde el fin del mundo, podemos mirar con distancia, pero debemos saber bien, bajo cual poder hegemónico vivimos.
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