Asfixiada por la congestión vehicular a toda hora, la ciudad de Los Andes requiere con urgencia políticas viales que permitan desplazamientos más fluidos por sus calles, a diferencia de lo que ocurre hoy, donde recorrer seis cuadras del damero central puede transformarse en una tarea de a lo menos 20 minutos, eso en una jornada normal, ni hablar de lo que ocurre una víspera de festivo o simplemente un viernes en horario peak.
Sin duda, la ciudad necesita recursos para realizar un estudio profundo y proyectivo para determinar lo que la ciudad necesita, hoy y en el futuro, para un problema que afecta a toda la población por igual, tanto a quienes disponen de automóvil como a los que no se desplazan en vehículos particulares y lo hacen en locomoción colectiva, sufriendo demoras similares para llegar a sus puntos de destino. Si nos subiéramos a una máquina del tiempo, podríamos comprobar que la infraestructura de la ciudad hoy es la misma que hace 70 años, cuando en las calles eran más las carretas y bicicletas que los automóviles y los colectivos, radio taxis y vehículos de aplicación tenían como antepasados a los desaparecidos coches Victoria. Hoy es casi imposible imaginar aquel mundo sin bocinazos y en el cual mucha gente caminaba hasta sus hogares al final de la jornada, claro está, los límites de Los Andes se podían ver desde cualquier edificio de tres pisos. Sin embargo, más que viajar al pasado es tiempo de pensar en el futuro y el gran desafío que significa hacer de la ciudad donde vivimos un lugar más amable y con mejor calidad de vida. Para eso es imprescindible, ya identificado el problema, poner en marcha las soluciones de ingeniería vial que nos permitan descongestionar el damero central que por este y otros motivos que ya hemos tocado anteriormente, cada vez más se transforma en un lugar donde ir a trabajar y a comprar, más que para vivir. ¿Y si sumamos una nueva pista de circulación a las cuatro alamedas? o ¿por qué no incentivar a las empresas de transporte para instalar un recorrido de buses pequeños de 20 pasajeros desde los límites de la ciudad hacia el centro? Estos existen en localidades del sur de Chile, son rápidos y tienen un costo más bajo, lo cual incentivaría la competencia con un mayor beneficio para los usuarios y con el valor agregado que un bus puede significar varios automóviles menos circulando. Son ideas, naturalmente, las cuales deben estudiarse por parte de las autoridades. Al flujo vehicular saturado, se suma que en Los Andes debemos tener los parquímetros más caros de Chile y que prácticamente han secuestrado los estacionamientos del centro, más encima no dan abasto para la demanda existente. Esto ocurre por las malas decisiones tomadas años atrás por otras administraciones municipales, cuando se concesionó el sistema por una cantidad desproporcionada de años.
Hoy es el momento de enfrentar los problemas que afectan a Los Andes con el tema de la Zona Típica impulsada por el ex alcalde Octavio Arellano y la situación de los estacionamientos de parquímetros heredada del ex alcalde Mauricio Navarro. Se necesitan soluciones para Los Andes, pronto llegarán los recursos del Royalty Minero a los cuales se les debe dar un uso en proyectos que beneficien directamente a las personas.
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