En términos económicos, el concepto del salario mínimo siempre ha sido un tema de interés que es transversal a cualquier debate que se da en contextos de coyunturas sociales. Siempre es bueno considerar la importancia del salario mínimo para la economía.
En términos muy simples, el salario mínimo fija un tope en el valor monetario con el cual las personas pueden ser contratadas para desempeñar una labor remunerada en cualquier tipo de organización. Otro punto importante tiene que ver respecto a cuál es el monto ideal y cómo afecta aumentar el salario mínimo en la economía, entendiendo que siempre será deseable contar con más ingresos a través de una remuneración. Si se observa en los últimos 2 años en Chile, el salario mínimo ha experimentado un aumento en torno al 24% en términos reales. ¿Qué significa eso?
Si tomamos el aumento del salario mínimo y lo comparamos respecto a cuánto ha subido el IPC en el mismo período, vamos a encontrar que este aumento ha significado un impacto directo sobre la inflación y el mercado del trabajo. Una explicación a este evento es un aumento sostenido de los costos laborales. Complementario a esto están los cambios tecnológicos, que reemplazan ciertas labores de las personas en el mercado laboral, lo cual sin duda debe ser una variable a tener muy en cuenta.
Cuando aumentemos el salario mínimo, efectivamente vamos a tener más ingresos para gastar en la economía, pero si eso va en la misma magnitud (o mayor) que el aumento de precios en bienes y servicios en la economía, nos vamos a encontrar que el aumento del salario mínimo se irá diluyendo. ¿Por qué?, porque aumentaron los ingresos, pero también los precios (inflación).
Para que lo anterior no termine siendo una problemática, hay que examinar si la economía realmente está haciendo más productiva y está originando en este caso, más crecimiento. Si no lo generamos, cualquier aumento de salario mínimo solo produciría mayor desempleo, producto de que efectivamente las empresas tendrán que pagar más, para contratar a las personas vía un salario mínimo en crecimiento.
Ser capaces de atraer más inversión, posibilitar la realización de obras que promuevan más vacantes laborales y la disminución de trámites burocráticos que limitan el crecimiento, no son solamente buenos deseos, todo esto tiene un efecto directo que se traduce en mejores condiciones de empleabilidad y un salario mínimo que es el reflejo real de un crecimiento robusto y sostenido de la economía.
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