ACONCAGUA (23/01/2022).- La humedad, el calor, el sudor, la ropa ajustada, la playa, la piscina y pasar mucho tiempo con el traje de baño hacen que la zona íntima femenina sea más vulnerable y esté expuesta a sufrir afecciones que -en general- no conllevan un riesgo mayor para la salud pero sí muchas molestias en una época donde sólo se quiere disfrutar del verano.
Paula Molina, químico farmacéutico y columnista de Los Andes Online, indica que “la Clínica Mayo estima que tres de cada cuatro mujeres han sufrido alguna afección vaginal, producto de alteraciones en el equilibrio del pH y la flora íntima, que evitan el desarrollo de agentes patógenos que pueden causar infecciones. Por esto, es importante conocer cómo podemos prevenirlas y los cuidados necesarios para esto”.
Las más comunes pueden producirse por hongos, como la candidiasis que se presenta con síntomas como picazón e irritación de la zona, sensación de ardor –al orinar o durante las relaciones sexuales-, enrojecimiento, inflamación, dolores, sarpullido y secreción vaginal espesa, blanca y sin olor. De acuerdo con el estudio PROBIT (realizado en España) aproximadamente el 50% de las mujeres a los 25 años ha sufrido un episodio causado por este patógeno, aumentando a un 75% en mujeres pre menopáusicas.
Por otro lado, están las infecciones causadas por bacterias como la vaginosis, responsable de casi la mitad de la vaginitis. Comparte síntomas como la picazón o el ardor al orinar, pero se diferencia de otro tipo de infecciones ya que presenta olor y una secreción delgada (blanca, gris o verde). En este caso, las mujeres en edad reproductiva son más propensas a contraerla, pero puede afectar a otras de cualquier edad.
La Asociación Española de Ginecología y Obstetricia calcula que las inflamaciones e infecciones vaginales aumentan en un 50% durante el verano siendo, en su mayoría, evitables si se mantiene una buena higiene y hábitos. “Una de las cosas que se deben evitar es estar mucho rato con el traje de baño mojado ya que esa humedad –más la ambiental y el calor- generan un ambiente perfecto para el desarrollo de hongos. Si ya no volverás a ingresar al mar o la piscina, lo recomendable es que te cambies el traje de baño”, señala Molina.
Además, es relevante cuidar la higiene íntima, a través de productos específicos para la zona, sobre todo cuando las altas temperaturas provocan mayor transpiración. Como indica la farmacéutica, “cualquier gel o jabón pueden alterar el pH natural de la vagina, favoreciendo la proliferación de hongos y bacterias. También es muy importante secar de manera adecuada la piel”. Sin embargo, hace hincapié en evitar los lavados excesivos, pues impiden que el flujo normal y la microflora actúen como el mecanismo de defensa y limpieza de la zona.
Molina menciona que la ropa que se utiliza es otro de los factores que ayudan a prevenir estas afecciones. “Se debe privilegiar la ropa de algodón y evitar las prendas muy ajustadas o apretadas. Las fibras sintéticas no absorben por lo que favorece a que se mantenga la humedad de forma constante en la región”.
Si eres mujer y presentas molestias o algunos de los síntomas mencionados, lo mejor es recurrir a un médico quién podrá confirmar si se está en presencia de alguna infección u otro tipo de problema. “Por ningún motivo se recomienda la automedicación o los remedios ´caseros´. Aun cuando estas afecciones no representen un riesgo mayor, la automedicación sí puede traer importantes consecuencias, ya sea por las reacciones adversas o las interacciones que pueden desarrollarse con otros medicamentos que se consumen”, recalca la especialista. Afortunadamente, este tipo de infecciones se pueden tratar pero, especialmente en verano, la prevención resulta clave.
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