En Chile habitan un total de 2.587.238 personas mayores (desde 65 años), un 14% de la población, según el reciente CENSO 2024 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Una tendencia que ha ido en aumento pues se espera que para 2050 el 28% de la población del país sea adulto mayor, según la VI Encuesta Calidad de Vida en la Vejez 2022.
Situación compleja considerando que la dignidad en la vejez y la calidad de vida de nuestras personas mayores no sea una prioridad para las políticas públicas del país. Tampoco se observa que la sociedad las incorpore en un entorno acogedor. Es esencial y urgente replantear nuestras políticas pensando en la población del futuro.
Desde la academia debemos formar profesionales de la salud con enfoque integral y multidisciplinario. A corto plazo, es urgente fortalecer la formación de personal con enfoque familiar, biopsicosocial, centrado en la promoción y prevención de la salud, en educar, en alfabetizar a las personas mayores; a largo plazo necesitamos más geriatras distribuidos homogéneamente en las regiones y postgrados especializados en longevidad. Además, debemos promover el envejecimiento activo y garantizar el bienestar, abordando no solo salud, sino también considerando dimensiones psicológicas, económicas, laborales, e incluso arquitectónicas, creando entornos inclusivos y ciudades amigables
La dependencia en la vejez es uno de los principales factores que afectan la calidad de vida, deteriorando funciones cognitivas, psíquicas, emocionales y motrices. Necesitamos que las personas mayores logren mantenerse activas, productivas e independientes. Solo así, trabajando en estos aspectos de manera integral, podremos avanzar en garantizar una vejez digna y mejorar su calidad de vida.
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