ACONCAGUA (30/12/2024).- La uva chilena y particularmente la producida en el Valle de Aconcagua es uno de los productos de exportación más reconocidos a nivel mundial, pero muchas veces su cosecha se ve amenazada por un hongo muy difícil de combatir llamado Botrytis cinerea o también conocido como moho gris, que afecta a los viñedos durante todo su ciclo de crecimiento vegetativo. El hongo ataca principalmente durante la floración, generando pérdidas que pueden llegar hasta el 40% de la producción.
Esta enfermedad está presente durante toda la temporada, sobrevive como hongo en material en descomposición, como micelio en la corteza y en yemas latentes, resistiendo sobre distintos tejidos, a la espera que se desarrollen condiciones favorables como lluvias, alta humedad relativa y temperaturas en torno a los 15º a 20ºC.
Sin embargo, gracias a una iniciativa realizada en China por investigadores de la Universidad Forestal de Nanjing y la Universidad Northwest A&F, mediante biotecnología se está avanzando en desarrollar variedades de uva vinífera editada genéticamente con resistencia al hongo Botrytis.
Mediante la edición genética precisa con CRISPR, los investigadores pretenden producir vides no transgénicas que estén mejor equipadas para luchar contra el moho gris. El foco está puesto en la búsqueda activa de genes asociados con la susceptibilidad y la resistencia al hongo, permitiendo disminuir la aplicación de fungicidas.
El Dr. Ben Fan, líder de la iniciativa, destaca la importancia de los hallazgos obtenidos hasta el momento y afirma: “Nuestra investigación marca un hito importante en la utilización de CRISPR/Cas9 para la mejora de los cultivos. Al identificar las raíces genéticas de la resistencia a las enfermedades, podemos desarrollar vides que puedan soportar mejor el moho gris, lo que podría transformar la forma en que manejamos los viñedos y garantizar mayores rendimientos con menos intervenciones químicas”.
Este avance entrega una visión detallada de cómo Botrytis cinerea infecta las vides, destacando su transición de una fase biotrófica (donde el patógeno depende del tejido vivo) a una fase necrotrófica (donde mata el tejido que infecta). Uno de los aspectos fundamentales del estudio es la identificación de genes clave que rigen la resistencia o susceptibilidad de la vid al patógeno.
Por su parte, el Dr. Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio, señaló que “la biotecnología nuevamente nos muestra que es una herramienta que está disponible para beneficio de la sociedad y el ambiente. Esta noticia es muy importante, generando esperanza especialmente en los agricultores chilenos porque ellos saben más que nadie el daño que genera este hongo en la producción de uvas y los desafíos a los que se enfrentan para combatirlo. Estos avances, además podrían reducir las pérdidas poscosecha, mejorar el rendimiento de los cultivos y apoyar los esfuerzos mundiales de seguridad alimentaria”, concluyó el experto.
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