Llegué hasta el sector de la Villa María Paula por temas relacionados con el transporte de buses de acercamiento que brindamos a los niños de distintos sectores de la provincia para que acudan a estudiar al Liceo Mixto.
Pactamos una reunión con los vecinos en la sede comunitaria del lugar, pero al llegar ese día al encuentro vimos que las personas estaban retirando aceleradamente del inmueble diversos utensilios de cocina, bandejas, ollas de aluminio y llevándolas a sus casas.
En rigor, esas eran las pocas cosas que les quedaron tras un robo que se había producido la noche anterior y producto del cual perdieron una gran cantidad de implementos que se habían ganado gracias a un proyecto presentado a un concurso de fondos públicos y los cuales aún ni siquiera habían sido utilizados.
Ustedes se imaginarán la desazón de los habitantes del sector, encabezados por el presidente de la junta de vecinos Mario Hurtado, toda vez que en un conjunto habitacional donde los recursos son escasos y las oportunidades de compartir socialmente pocas, los elementos sustraídos permitirían a los adultos mayores, niños y en general a toda la comunidad, compartir cada cierto tiempo y generar un motivo de esparcimiento.
Frente a la impotencia que nos causa un hecho de estas características dispuse de inmediato la instalación de cámaras de seguridad con alarma, monitoreadas y con imágenes de alta resolución. La instalación quedó concluida a tres días de producirse el hecho delictual, brindando a la sede comunitaria de la Villa María Paula una cubierta de seguridad que claramente inhibirá la acción de la delincuencia.
Uno de los temas que planteé durante mi campaña fue precisamente el de la seguridad y los próximos cuatro años voy a trabajar en función de ese compromiso para que Los Andes sea una mejor ciudad donde vivir.