LOS ANDES (12/12/2024).- Sólo con medidas cautelares de baja intensidad quedó el delincuente habitual E.F.A.A. (39), quien la madrugada del lunes y en compañía de otros ladrones ingresó a robar a las dependencias de la Escuela Ignacio Carrera Pinto, en el Barrio La Concepción, situación que obligó a la dirección del establecimiento a tener que suspender anticipadamente las clases luego que 300 alumnos quedaran sin desayuno ni almuerzo.
El malviviente fue detenido la misma mañana portando en un coche de guagua parte de los alimentos que había sustraído.
En la audiencia de formalización, a la cual tuvo acceso en exclusiva Los Andes Online, el fiscal Jorge Veloz Osorio relató que esa madrugada un grupo indeterminado de sujetos accedió al establecimiento educacional saltando el cierre perimetral, para luego forzar tres chapas de seguridad de una de las rejas, haciendo lo mismo con la de la puerta de la cocina y la bodega de alimentos.
Los maleantes se robaron la totalidad de los alimentos que entrega la Junaeb para dar desayuno y almuerzo a los estudiantes desde prekínder a 8° año básico, además de un televisor de 32 pulgadas y un fogón, especies que fueron sacando por encima del muro perimetral posterior de la escuela.
La cuantía de este robo alcanzó la suma de $1.300.000 y quedó al descubierto cuando llegaron la secretaria y asistentes de aseo a eso de las 7 horas.
De acuerdo a lo expuesto por el persecutor, cuando personal de Carabineros recogía la denuncia, pasadas las 7:30 de la mañana, fueron alertados que por el pasaje Cabo González se desplazaba un sujeto llevando un coche de guagua en cuyo interior había especies producto del robo.
Los uniformados fueron hasta el lugar y dieron con el antisocial, quien al verlos trató de darse a la fuga, siendo perseguido y detenido.
Al revisar el coche encontraron bandejas de huevo, arroz, leche y pollo que el malviviente pretendía comercializar o cambiar por droga.
Cuando fue interrogado reconoció haber participado del robo, indicándole a los carabineros que les diría donde estaba el resto de las cosas, pero si lo dejaban ir.
Ante ello y sumado a la evidencia los funcionarios lo esposaron, quienes posteriormente al revisar las inmediaciones encontraron otros alimentos y el fogón oculto bajo unas ramas, lo que fue recuperado.
Es por ello que el fiscal le imputó el delito de robo en lugar no habitado en grado de consumado y a pesar de tener un extenso prontuario, sólo pidió al tribunal aplicar las medidas cautelares de arraigo nacional, firma mensual en fiscalía y arresto domiciliario nocturno.
En virtud de ello, la magistrada Valeria Crosa Chiappe se vio en la obligación de decretarlas, pero antes de dar por terminada la audiencia reprendió duramente al delincuente por su actuar carente de toda ética y moral.
La jueza le dijo que si de ella hubiera dependido habría ordenado su prisión preventiva porque es un peligro para la seguridad de la sociedad; sin embargo, no lo pudo hacer únicamente porque el fiscal no lo solicitó (facultad exclusiva del Ministerio Público).
Le espetó que por su actuar los niños que acuden a diario al establecimiento el lunes no pudieron recibir sus desayunos ni almuerzos, causando además daños considerables que no sólo merecen el reproche de toda la sociedad, sino que ameritaban su encierro en la cárcel.
Cabe recordar que este maleante tiene residencia en el mismo barrio, muy cerca de la escuela y no se descarta que haya participado en los otros robos sufridos por el establecimiento en el último mes.
Finalmente, el tribunal decretó un plazo de cuatro meses para el cierre de la investigación.
|