ACONCAGUA (10/09/2023). Según datos registrados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), nuestro país se ubica en el sexto lugar de Latinoamérica con más tasas de muertes registradas por suicidio. Esta alarmante posición es respaldada por datos locales: en Chile dos de cada diez personas padecen problemas de salud mental, y cerca de mil ochocientas fallecen por muertes autoinfligidas al año.
En la región de Valparaíso, la cifra es delicada, tal como lo constata el más reciente Informe de Mortalidad por Suicidio del Ministerio de Salud. Por cada cien mil habitantes, el 11,49% falleció en promedio por esta causa entre 2010 y 2019, ubicándose por sobre el promedio nacional de 11,17 puntos porcentuales.
De cara al Día Mundial para la Prevención del Suicidio, diversos especialistas advierten la necesidad de promover acciones colectivas que permitan atender esta urgencia de salud pública, poniendo especial foco en los factores de riesgo y en las señales de advertencia.
En esta línea, la psicóloga Constanza Uribe, señala que a menudo este problema suele estar rodeado de estigmas, mitos y tabúes, siendo muchas veces silenciados por los propios pacientes. Aquí radica la importancia de "crear lazos sociales de comunicación segura, evitar respuestas que minimicen descarten o invaliden a la persona que se encuentra muy vulnerable a respuestas negativas, activar la red de apoyo de forma amorosa y cuidando generar no apuntar dedos y culpables, porque esta situación afecta gravemente también a familias y las comunidades", comenta la especialista.
Constanza asegura que "los suicidios son generalmente prevenibles, las personas tienden a pedir ayuda al menos una vez y con intervenciones oportunas podemos identificar a tiempo los factores de riesgo, y activar los de protección. En este sentido, es indispensable entender que el suicidio es un síntoma de problemas graves, y no depende por tanto de 'un cambio de actitud' o voluntad''. La psicóloga también agrega que "ignorar las señales del suicidio y 'dejar que con el tiempo se pase' no es distinto de esperar que un cáncer se cure solo con un cambio de mentalidad. Normalmente hay una historia donde las personas intentan sanar con sus propios recursos sin lograrlo, y se acumulan la frustración junto con el sufrimiento. Luego aparecen disruptivamente los pensamientos suicidas que las personas no desean tener, y se hace una bola de nieve con otros elementos que aumentan la propensión a la conducta suicida".
La especialista también sostiene que muchos actos de este tipo pueden producirse de forma impulsiva y no necesariamente como antecedente de una enfermedad mental, sino más bien en momentos extremos de crisis o shock post traumático grave. Por ello es determinante que el contexto esté atento a las señales de alerta. La impulsividad es también un síntoma muy importante, que no solo presentan jóvenes y adolescentes, ya que en Chile las muertes por suicidio son mayores en adultos.
En relación a establecer factores de protección, Constanza puntualiza que "fortalecer las relaciones personales y la red de apoyo, incorporar prácticas de bienestar positiva sin apresurar a la persona sanarse, mantener apoyo terapéutico, restringir el acceso a medios letales como armas o medicamentos, es esencial. Pero también, generar las condiciones para que el acceso a la salud sea de manera oportuna, y así asegurar un diagnóstico y tratamiento a tiempo". Como dato anexo, "en Chile la forma más común de suicidio es la intoxicación con sustancias o fármacos", indica la profesional de la salud mental.
En este contexto, requiere especial relevancia garantizar la disponibilidad de especialistas, algo que ha mejorado mucho con opciones como la telemedicina. "Si bien este servicio ha sido un gran aporte para todas las áreas médicas, ha tenido especial utilidad en la atención psiquiátrica y psicológica porque permite obtener a tiempo una aproximación sobre si se está en un cuadro de riesgo. Además este es un espacio que controla el paciente y se acomoda a sus necesidades, pues normalmente éste también tiene otros síntomas depresivos que le dificultan salir de su casa, por ejemplo", complementa Constanza.
Respecto al momento idóneo para consultar, la psicóloga indica que es preciso hacerlo cuando "escuchamos la voz interna que todos tenemos y nos señala cuando no podemos manejar, por ejemplo la rabia, ansiedad, angustia, crisis de pánico, sentimientos de tristeza permanente, o autolesiones, que es un señal de urgencia. También las personas a nuestro alrededor nos ayudan a notar si hemos perdido el interés en las actividades cotidianas, si nos aislamos, o experimentamos ciertos cambios como inapetencia, falta de sueño o concentración".
Para dar este paso, la profesional puntualiza que el apoyo y contención familiar o de los círculos cercanos es una responsabilidad que se debe asumir con determinación. "Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida", concluye.
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