Domingo, 25 de Mayo de 2025  
 
 

 
 
 
Cultura y ciencias

Costumbrismo Rural… ¿Qué es de los balidos?

Crónicas de pueblo por Sergio Díaz Ramírez, Instagram @amanecerdelgallinero

  • Tuitea
  • Comparte
  • Imprimir

 
Más Noticias
     
  Carabineros de Los Andes invita a visitar la Tercera Comisaría y la Escuela de Formación en el Día de los Patrimonios
  Costumbrismo Rural…El adiós del abejorro colorado
  Día de los Patrimonios: Visitas guidas tendrá este sábado el Centro Cultural La Casona de Rinconada
  Continúa con éxito taller de coros de personas mayores en Los Andes
  Cerca de 100 personas participaron en la Cicletada Patrimonial Familiar en Los Andes
  Con gran convocatoria se inició Conversatorio sobre Gabriela Mistral en Los Andes en el Museo de Bomberos
 
 

Los Andes mira la montaña, los arreos son inmemoriales, los cultivos han dejado sus rastrojos y los canales de riego vienen desde la acequia Chiquibuica. La precordillera hacía eco con los balidos de las ovejas, los rebaños recorrían a su antojo y grandes crianceros hicieron escuela en nuestra tierra. Los merinos pasaban anualmente por la esquila y grandes fardos se hilaban o marchaban a los telares extranjeros. Corrales llenos de suarda eran característicos, provocando un olor intenso, ése de campos sureños instalados en pleno valle. 

Ha llegado el invierno y la zona de Magallanes ha cambiado su fisonomía, los coironales eternos se han escondido bajo la nieve, los arrieros se distinguen claramente, lo mismo que el salto de sus perros. Varios meses sin pasto, parecen extinguir o encerrar en grandes galpones sus capones y madres de cría, sin embargo, nada de eso, la magia sureña tiene preparada otra jugada en esa idílica imagen de la Patagonia. Un poco más de cerca se dejan ver infinitas fumarolas, que anuncian los túneles que han realizado las borregas en busca de las duras Stipa.

Que las ovejas son uno de los animales de mayor resistencia al medio, qué duda cabe, razón por la cual, la intriga aumenta en el camino de averiguar las razones de la aparente extinción de los rebaños andinos. Algunos o varios arrieros de los 60 o los 90 ya se han marchado de este mundo, mas sus familias siguen ligadas al campo. Los corrales de piedra esperando los arreos de subida, más que centenarios, aún permanecen, disminuyendo el rigor que los vientos congelados acechan en la altura. Aguadas de precordillera hacen la música necesaria, que desde remotos tiempos sacian la sed de los arreos.

Esos inclaudicables corrales de los Zenteno, arriba en El Sauce, son una imagen que nos transportan no sólo al relincho de sus caballos chilenos, o novillos de termino, vacas de cría o terneros para engorda. Sin duda nos recuerda algún descanso en el camino de veranadas, de grandes piños de eximios arrieros como los Onel, Figueroa o Astargo. Miles de ovejas que pedían una parada, como primer campamento, antes de visualizar la carretera internacional, la estrechez del Salto del Soldado, la bifurcación entre ir al Colorado o al Juncal, y finalmente las posturas en altura, empinándose sobre los territorios argentinos.

Me detengo en esos meses invernales de Magallanes, dónde arrieros y ovinos nos demuestran lo descarnado de su producción, la sapiencia de sus canes pastores, la resiliencia de las ovejas, que se aventuran en oscuros túneles de hielo, para apenas saciar sus requerimientos de mantención. Ellas no caminan a ciegas, conocen por genética y confianza en sus pastores que al final de la ruta, aparecerá el sol y las buenas hierbas. Se sabe que las ovejas tienen como característica ser asustadizas, incluso son catalogadas de cobardes, pero que calificativos más injustos, creo que demuestran año tras año en la Patagonia su valentía, calma y confianza en su destino.

Conocí a mediados del 1900, grandes ovejeros de la región, cómo no recordar al incansable chico Beto, alambrando las cumbres; a don Adolfo Santander llevando una oveja espiada en la cabecera de su montura o don Isaías Gómez arreando de manera inentendible con el “pucho” en la boca. Delante de las interminables majadas don Ramón Rojas, sentado de medio lado en su montura, mirando de reojo unos dos mil merinos. Del cerro Miltil, bajaba don Erasmo Vilches con su bigote mexicano gritando las ovejas perdidas en las quebradas, evitando el ataque del puma y los zorros. Una escena que al igual que un cuadro recorre más de 50 años.

Los ovinos son animales muy adaptables al paisaje precordillerano, sus requerimientos alimenticios van por el lado de la pradera natural, rastrojos y en períodos específicos praderas de semi riego. Existen numerosas razas que en general producen lana, leche, carne y cordobanes, teniendo una vida útil de alrededor de 6 a 7 años. Durante la temporada anual pueden producir un borrego o dos, pues no es raro encontrase con melliceras. Los carneros son los encargados de los encastes, que generalmente se realizan durante la temporada de veranadas. Don Hugo Montenegro, es el último icono andino desaparecido y experto en los secretos de la producción ovina.

Imposible no recordar a mi profesor de tesis, don Guillermo García, por allá en los años 80, en los predios de Rinconada de Maipú, pertenecientes a la Universidad de Chile. Un distinguido investigador, consultor a nivel americano en lanimetría, quien recién el año 2021 nos ha dejado a sus 93 años. Su carácter, personalidad, paciencia y dedicación al rubro, nos llevaba a descubrir un personaje lo más parecido a un pastor, el que te enseña, te guía y transparenta todos los secretos de una producción histórica, antigua y moderna, que te envuelve en praderas, lomajes, razas, rastrojos, manejos y caminos difuminados de polvo, complicidad y balidos.

Estudios antropológicos de inicios de los años dos mil, describía la trashumancia y analizaba las múltiples causas que atentaban a la milenaria vida de arriero y veranadas, sin embargo, a pesar de todos los contratiempos visualizaba en aspectos ecológicos y de turismo rural, como acicates que darían nuevos aires al sector. La ovejería andina de hacienda como la de don Sergio Vargas, ya desapareció, lo mismo está ocurriendo con la trashumante de Montenegro y otros, y quizás podría ser lógico por las actuales condiciones ecológicas que definitivamente no van con las razas merinos.

Recordando al profesor García, quién tatuaba a fuego su pasión por la ovejería, podría asegurar que existen sistemas modernos con la raza Suffolk Down, en las actuales condiciones del valle, para competir eficientemente con los otros rubros existentes. Definitivamente si la raza elegida no puede escarbar la nieve o subir las cumbres, sí puede balar y producir en el valle y la media falda.

 


 
 
Twitter Facebook Flickr
 

Explotación Sexual de Niñeces

Las paradojas del presente y el futuro

 
 
 
¿Estaría de acuerdo con eliminar los estacionamientos en calles Santa Rosa y Maipú para agilizar el tránsito vehicular?
Si.
No.
Me da lo mismo.
Ver resultados
 
 
 
Diario Electrónico Andes Online® | ©2000-2025 Derechos Reservados.
Miembro de EMR™ Chile - Estadísticas de Medios en Internet - Estadísticas Certificadas
Andes Online is Licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.0 Chile License
Prensa | Publicidad | Contacto