Que la delincuencia en nuestro país esta desatada y sin ningún control, es un hecho de la causa. En efecto, en nuestra ciudad de Los Andes, otrora ciudad tranquila, sin mayores sobresaltos en lo referido a la seguridad, hoy se esta constituyendo en una comuna insegura carente de controles policiales.
En una semana, se han cometido dos homicidios en distintos sectores de la ciudad, ha habido secuestros de personas, asaltos a mano armada y lo ultimo la delincuencia y el trafico de drogas se ha apoderado de varios sectores de la comuna, sector sur y norte, no es bueno estigmatizar a determinadas poblaciones o villas pero en el sector norte hay un conjunto habitacional que todos conocemos en que la vida de sus pobladores se ha tornado insoportable, ya es natural el lanzamiento de fuegos artificiales durante la mayor parte de la semana y en horas en que la población se encuentra descansando.
Esto no es un fenómeno nuevo, la gente de los alrededores vive en permanente temor a las balaceras que se producen con armas automáticas de grueso calibre. Es justo preguntarse que se ha hecho por parte de las autoridades encargadas de velar por la seguridad y el orden publico en los sectores antes señalados y en toda la comuna. Las policías por mandato legal están obligadas a preservar la seguridad y el orden publico a fin de proteger a la población, no es posible que no se realice una intervención policial con allanamientos de por medio para la incautación de armamento y fuegos de artificio, es imprescindible solicitar ordenes judiciales de allanamiento, se necesita inteligencia policial a fin de dar con quienes adquieren, portan y ejecutan estos artefactos de muerte, hoy existe modificación legal en lo referido a la utilización de fuegos artificiales, ya no es considerada una falta es un delito.
Hace unos años atrás al requerir de la autoridad gubernamental de entonces una intervención policial ante estos mismos hechos, se manifestó por dicha autoridad que “esta batalla estaba perdida, por lo que no se podía hacer prácticamente nada”, esa fue la respuesta del señor gobernador provincial de la época. A la delincuencia hay que atacarla y combatirla sin escusas de ninguna índole. Esto se hace cada día insoportable, es necesario emplazar a las autoridades y policías a que actúen ante estos hechos graves y violentos que al parecer nadie quiere asumir esta tarea, será desidia, será temor de nuestras autoridades o que alguien diga cual es el impedimento de hacer cumplir las leyes.
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