Sabado, 5 de Julio de 2025  
 
 

 
 
 
Opinión

A la hora de los qiubos

Por Octavio Arellano Zelaya, Abogado y exalcalde de Los Andes

  • Tuitea
  • Comparte
  • Imprimir

 
Más Noticias
     
  ¿Tiene sentido cerrar el comercio en procesos electorales ?
  Una reflexión sobre nuestra relación con el plástico
  Cementerios municipales y más cárcel contra maltrato animal ¿Congreso y Ejecutivo pierden rumbo?
  Cuando se debe luchar contra el frío y la invisibilización
  Sobre los proyectos de "democratización" del agua
  Práctica profesional
 
 

La crisis internacional generada por las políticas arancelarias de Donald Trump han dejado en evidencia la fragilidad del sistema de comercio internacional transfronterizos por el Paso Los Libertadores, como es el caso de los acuerdos vigentes entre Chile y Argentina. Ello nos obliga a considerar los riesgos del comercio global y la importancia que tiene anticiparse los hechos, pensando en el futuro de la ciudad de Los Andes y del valle de Aconcagua dentro del Corredor Bioceánico Central. Dicho rol está siendo amenazado por tres fenómenos: el impulso dado por el Gobierno de Chile al Corredor Bioceánico Vial por el paso de Jama, el centralismo en la inversión nacional y las falencias operativas de la ruta internacional CH60, lo que puede afectar la competitividad del Corredor y sostenibilidad social y financiera de la comuna de Los Andes, como centro logístico internacional.

El Corredor internacional anunciado por el Gobierno en el mes de abril, tiene por objeto habilitar el Paso de Jama, con una extensión de 2.400 kilómetros e incluye a Chile, Argentina, Paraguay y Brasil, partiendo desde Campo Grande en Brasil, hasta los puertos del Norte Grande de Chile (Antofagasta, Iquique y Mejillones). Su propósito no es otro de hacer más eficiente el cruce de la cordillera, ahorrando horas de viaje y disminuir las pérdidas que provocan los reiterados cortes del Paso Fronterizo Cristo Redentor a causa de las nevazones del período invernal.

La segunda amenaza proviene del centralismo del Gobierno nacional, que no ha dado a este Corredor Central la importancia que corresponde. Ello ha quedado en evidencia con los anuncios de la ampliación de la Ruta 68 entre Santiago y Viña del Mar con un costo cercano a los 1.300 millones de dólares. El foco central de esta iniciativa es favorecer el turismo de los habitantes de la región Metropolitana hacia la zona costera, especialmente en vacaciones de verano y fortalecer la oferta hotelera del litoral central. Siendo ello muy loable, contrasta con el escaso interés del Gobierno en impulsar con su par argentino la reactivación del proyecto de Túnel Bioceánico Los Libertadores, cuya ejecución tiene una inversión cercana a los US$ 3.000 millones de dólares para una extensión de 52 kilómetros de longitud y una capacidad de transporte de 72 millones de toneladas al año.

La tercera amenaza es endógena, a causa del bajo estándar de la Ruta CH60, cuyo trazado y diseño datan de hace más de 65 años y que no están cumpliendo con la funcionalidad y seguridad propia de una ruta internacional. Así ha queda de manifiesto en los reiterados accidentes que afectan a los camiones internacionales, en muchos casos con víctimas fatales. Si bien la ruta cada año es objeto solo de labores de mantención, no se visualizan nuevos proyectos de ampliación o mejora del servicio al camión., basado en la experiencias internacionales. El tamaño de los camiones, el aumento de la carga, el cambio climático indican que necesitamos una Ruta CH 3.0, con obras de ensanche de la ruta con mayor tunelización, con áreas de descanso para los conductores, de asistencia técnica en ruta, simplificación en los trámites aduaneros, de un control policial que fiscalice la velocidad máxima en toda la ruta mediante una Unidad de Radiopatrulllas, por mencionar algunos.

Muchos de estos temas se hablan todos los días pero nadie los está gestionando como un desafío estratégico que emplace al Gobierno de Chile a tomar una posición sobre ellos. Por el contrario vemos a las autoridades municipales centradas en un enfoque cortoplacista, a una autoridad Regional atomizado y sin facultades ejecutivas, a un sector parlamentario distrital que no es capaz de emplaza al Gobierno Central para reconozca la necesidad de más regionalización y que se deje de considerar a Aconcagua como una zona de sacrificio. A la hora de los quibos, adquiere cada vez más sentido la demanda para que Aconcagua sea la Región XVII, convirtiéndose así en actor público capaz de liderar un proyecto de desarrollo con identidad local, innovador, eficiente, participativo y transparente, con capacidad para enfrentar las amenazas que hemos reseñado y otras nuevas, todo ello en un contexto global cada vez más incierto.

 


 
 
Twitter Facebook Flickr
 

A la hora de los qiubos

¿Tiene sentido cerrar el comercio en procesos electorales ?

 
 
 
¿Estaría de acuerdo con eliminar los estacionamientos en calles Santa Rosa y Maipú para agilizar el tránsito vehicular?
Si.
No.
Me da lo mismo.
Ver resultados
 
 
 
Diario Electrónico Andes Online® | ©2000-2025 Derechos Reservados.
Miembro de EMR™ Chile - Estadísticas de Medios en Internet - Estadísticas Certificadas
Andes Online is Licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.0 Chile License
Prensa | Publicidad | Contacto