Los Andes en este mes cumple 233 años de vida. Una ciudad dinámica, vinculada al comercio internacional, a un rico entorno agrícola, a un ecosistema de servicios y un núcleo minero de importancia mundial. Cercana a Santiago, Valparaíso y Mendoza, estamos en una ubicación privilegiada.
Lamentablemente, aunque posee todas estas positivas condiciones y oportunidades, su desarrollo como ciudad no ha estado a la altura de sus potencialidades. Más allá de algunas obras puntuales, Los Andes se percibe estancada, sin la ejecución de grandes proyectos que la encaminen hacia el progreso.
Los problemas que aquejan a la ciudad, siguen casi igual que años atrás. Por ejemplo, el tráfico vial y los tacos que hacen demasiado largo los desplazamientos, en una ciudad que es relativamente pequeña. La salud local todavía es vista por los ciudadanos como un servicio que requiere mucha mejora en su atención oportuna. Sin contar las inversiones del MINVU, los barrios populares y las villas de clases medias siguen reclamando abandono, sin proyectos urbanos que promuevan la participación social y la creación de espacios públicos integradores. El uso del borde río o del cerro de la Virgen, como grandes parques urbanos aún no son realidad, más allá de grandes “maquetas” y “proyectos” que se muestran cada cierto tiempo. La educación municipal arrastra problemas de calidad e infraestructura que incluso ha llevado a paralizaciones. Se han esfumado las posibilidades de que la sociedad civil, sus grupos y organizaciones, sean parte del desarrollo y participen de sus acciones y decisiones.
Aunque es cierto que tiene buenos indicadores en calidad de vida, esto es más bien debido a cuestiones generales, como el trabajo, los sueldos, servicios que los propios ciudadanos costean a nivel personal y familiar.
La ciudad requiere de forma urgente una planificación y gestión comunal que piense estratégicamente la ciudad, actúe con decisión y atraiga inversión privada y pública de envergadura.
Más allá de acciones de última hora, los ciudadanos y ciudadanas saben que, por todos los desafíos que la ciudad arrastra, por todos los proyectos que aún no se concretan, por todas las iniciativas inconclusas, Los Andes requiere un cambio de rumbo, necesita con urgencia de una nueva gestión y planificación que haga honor a su trayectoria de 233 años.
Se requiere un cambio en el Gobierno local, para que el municipio sea un instrumento real de desarrollo comunal, que oriente el camino para el bienestar integral de la ciudad, para que Los Andes pueda ser una ciudad que se desarrolle desde lo material, social, cultural y económico. Una ciudad que sea respetuosa y cariñosa con sus vecinos y vecinas, cuidándolos y proveyéndoles de lugares para su goce y desenvolvimiento. Que promueva la comunidad barrial y vecinal, que gestione y articule instituciones locales para que sea más segura y más participativa.
Un cambio con sentido de urgencia, un cambio necesario, un cambio para que inventemos para todos y todas una comuna mucho mejor.
Hagámoslo por Los Andes, hagámoslo por sus 233 años de vida. Feliz aniversario querida ciudad.
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