Hidra de Lerna en la mitología griega era un monstruo con forma de serpiente que tenía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía, algo similar a lo que ocurre con las políticas públicas en Chile, ya que se implementan acciones que afectan a millones de personas en el ámbito de la salud, la educación o la previsión social pero estas carecen de procesos, sistemas de seguimiento, control de gestión y evaluación, generando un monstruo de mil cabezas del que nadie se hace responsable, pero este sigue creciendo.
La exministra de educación, Marcela Cubillos, señaló en una entrevista que las reformas educacionales implementadas en el gobierno de Michelle Bachelet, tales como la Ley de Inclusión que puso fin a la selección en los colegios o la Nueva Educación Pública que des municipaliza la educación a través de los SLEP, han provocado “graves injusticias y un grave daño a la calidad de la educación”.
Sería bueno recordar que una de las reformas implementadas en su Gobierno, fue la no obligatoriedad de la Educación Física en la enseñanza media. Medida que contrasta con el último informe entregado por la JUNAEB (2023), el que advierte que 3 de cada 5 estudiantes de 5to básico, presentan sobrepeso, obesidad u obesidad severa.
Recuerdo que, en aquellos inicios de 2019, los directores de carrera de Pedagogía en Educación Física que integramos el CANEF (Consejo Académico Nacional de profesores de Educación Física) enviamos cartas, solicitamos reuniones y todas las peticiones posibles para poner freno a esta reforma.
Justamente son las inconsistencias y las malas prácticas en la política, asociadas a la falta de un proyecto país coherente que permita que las políticas públicas puedan ser sostenidas en el tiempo, eficientemente evaluadas y ajustadas en función del bienestar de todos.
Hoy existe un proyecto de Ley -a propósito de los datos que proyectan a los chilenos adultos con alto riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares-, que busca aumentar de dos a cuatro horas semanales la asignatura de Educación Física para todos los niveles de educación; es de esperar que este prospere y así, evitar que se siga regenerando el mal de la obesidad y del sedentarismo.
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