Antiguamente se hablaba de “carestía”, para referirse al aumento del costo de la vida, tan continuamente descrito en la actualidad por los economistas con el IPC. Esto implicaba en el campo sembrar una media cuadra más y asegurar así el trigo para el amasijo y alimentación de sus gallinas. Sin duda era arduo el trabajo que incluía, pero no se ponía en riesgo la crianza. Hoy en día están desapareciendo a diario los pocos criaderos criollos que aún permanecen y con ello está en riesgo el patrimonio de los gallus gallus.
Si bien son alrededor de diez las razas de gallinas criollas que se han adaptado a nuestro territorio, nos detendremos a ver qué está pasando con nuestros baluartes, la kollonca y la ketro. A simple vista la vemos en preciosas fotos de redes sociales, unos huevos verdes azulados maravillosos y podría llevarnos a una evaluación equivocada de la realidad. El gallinero del campo común no nos está mostrando el sonido ronco del llamado madrugador del ketro, ni el vuelo ágil de la kollonca, al dormir en las ramas más altas de la acacia.
Las criadoras mapuches fueron capaces de mantener la raza, a pesar que había inconvenientes genéticos que la llevaban irremediablemente a la extinción. En conversación con el destacado historiador nacional Guillermo Parvex, sobre el inicio de la crianza de estas especies por los mapuches, habla de documentalistas españoles como Pedro Mariño de Lobera que indicaba la existencia de aves en sus crónicas del 1550. “Hay muchas aves de rapiña y volaterías: gavilanes, halcones, neblíes, sacres, azores, girifaltes, garzas, bandurrias, ruiseñores, tordos, rolas y un gran número de gallinas”.
Si bien es un misterio el origen de la kollonca y la ketro, no se ha descrito dicha crianza ancestral en otras latitudes. A propósito de la revalorización de la gallina mapuche, la docente universitaria Angélica Celis Salamero dice: “Los relatos antiguos hablan de un pacto entre gallinas y gente de la tierra. Las gallinas darían a la gente huevos azules, la gente de la tierra les entregaría cuidado y honraría su presencia en las ceremonias de agradecimientos o de ruego. Fue un acuerdo recordado en los cuerpos de kolloncas y ketros que transmiten el mensaje del huevo azul, cuando el pacto se respeta”. Significativo compromiso de aves y pueblos precolombinos.
A nivel mundial existen dos razas de gallinas, que por el color de sus huevos son las más conocidas, la Marans de Francia y la Kollonca de Chile. Definitivamente se ubican en lo más alto de la escala de las razas y lo demuestra la popularidad de las crianzas exclusivas y participación en las principales ferias avícolas del mundo. En Chile existen dos tipos de crianza, la natural que recogen los cuidados atávicos de la sangre mapuche, en la precordillera y costas de la región de la Araucanía y Biobío, y la crianza de elite en criaderos, donde buscan la perfección fenotípica.
A modo de ejemplo en el extranjero he tomado contacto con Tamer Kilic, cuyo criadero Aracunas Kupeli, en Turquía, ha logrado una línea de kolloncas con aretes de color blanco y huevos verdes, que orgullosamente muestra, protege y multiplica. Cabe señalar que dentro de las aves mapuches el máximo logro es alcanzar una crianza de rabadilla corta y aretes, pues en una mezcla ideal entre ambas razas, la kollonca y ketro. La homocigosis en estas razas con los caracteres rabadilla extremadamente corta y desarrollo del arete en el día 18 de la gestación resultan letales.
Como una muestra de la performance de nuestra gallina mapuche, podemos observar el programa de España en el año 2023, con la participación del “Araucana Club de España”: mayo (19 al 21) Exposición de Avicultura en Málaga; septiembre, séptima exposición Avitrueke; septiembre (21 al 24) Agropec XIX en Gijón, Asturias; octubre ( 6 al 8),Exposición avícola Valderredible en Cantabria noviembre ( 2 al 5), XVI concurso nacional de avicultura en Jerez de la Frontera, Cádiz ; noviembre (18 al 21); XVIII Exposición internacional de avicultura “La Pinina” Vegadeo 2023, Asturias. Se encuentra en el programa diciembre y el primer trimestre del 2024.
Ya sabemos que las gallinas mapuches están en toda Sudamérica, especialmente en la ciudad de Malargüe, Argentina, donde la gran influencia mapuche de sus habitantes la llevo bajo el brazo. Australia, Estados Unidos y Canadá la muestran en sus ferias ganaderas. Inglaterra, Francia, España, Italia y Turquía, también dicen presente con la kollonca y la ketro. La multiplicación de sus ejemplares con un bajo pool genético los lleva a requerir irremediablemente nuestra base genética, esa ancestral, la que bajo la mirada del Dios Lhao, permitió que su original pueblo Reche recibiera estas particulares especies.
Los registros culturales arqueológicos del pueblo mapuche van desde el 600-500 A.C., lo que permite tener un horizonte de la antigüedad del pueblo mapuche en el sur de Chile y Argentina. La mirada de don Pedro Mariño de Lobera respecto a las aves encontradas al inicio de la conquista fue antes de 1550.Teorias de la llegada de piratas de Asia u Oceanía previo a los españoles con gallinas, o mutaciones continuas de las gallinas, permitieron describir en el 1880 nuestros gallinas baluartes. Estudiosos de la especie, sabiendo de su conducta, definitivamente la ubican como especie precolombina y con un horizonte de 100 a 200 años previo a la llegada de los españoles.
Sea como fuere y esté donde esté, es nuestro patrimonio, cuidado y mantenido por el pueblo mapuche, donde el ketro hace la vigila y la kollonca entrega sus azulados y cacareados huevos cuando el alba rompe.
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