ACONCAGUA (28/10/2025).- En el marco del Programa de Absorción Tecnológica para la Innovación (PATI) “Uso eficiente del agua en nuevas variedades y portainjertos de uva de mesa en la zona central de Chile a través de la demostración y el uso de tecnología de sensores”, financiado por la Corfo se realizó la tercera jornada técnica, esta vez en Agrícola La Frontera, enfocada en la operación de sistemas de riego.
La actividad estuvo a cargo del Dr. Carlos Zúñiga Espinoza, investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA quien expuso sobre los fundamentos técnicos y prácticos que determinan la eficiencia y uniformidad del riego en sistemas presurizados.
El Dr. Zúñiga explicó que operar un sistema de riego no consiste únicamente en activar o detener bombas de agua, sino en comprender los parámetros hidráulicos que permiten aplicar el volumen correcto de agua, con la uniformidad y presión adecuada para asegurar un desarrollo óptimo de los cultivos. “Un sistema de riego eficiente es aquel que distribuye el agua de forma homogénea en el campo, utilizando la menor energía posible y garantizando que cada planta reciba lo que necesita”, señaló el investigador.
Durante su exposición, Zúñiga presentó los conceptos básicos del diseño y operación hidráulica de un sistema de riego, enfatizando que el rendimiento del sistema depende directamente de la correcta selección de los componentes, el monitoreo del caudal, las presiones de trabajo y la calidad del mantenimiento.
El especialista destacó que la topografía del terreno es un elemento esencial en el diseño ya que una pendiente mal considerada puede provocar diferencias significativas en la presión y, por lo tanto, en la uniformidad del riego.
La bomba constituye el corazón del sistema. El especialista aseguró que para su selección, es indispensable considerar tanto el caudal de diseño como la presión total requerida, la cual se calcula sumando la altura estática, las pérdidas de carga y la presión necesaria en los emisores. Cada modelo de bomba, dijo, “tiene una curva característica de descarga, que describe su comportamiento ante diferentes niveles de esfuerzo. Operar la bomba fuera de su punto de máxima eficiencia genera un mayor consumo energético y reduce la vida útil del equipo”.
Durante la práctica en terreno, los participantes aprendieron a interpretar lecturas del manómetro, herramienta clave para diagnosticar el funcionamiento del sistema. Por ejemplo, un aumento de presión en la salida del filtro de arena puede indicar obstrucción, mientras que presiones bajas en todos los puntos pueden señalar entrada de aire o falta de agua en la succión.
Uno de los aspectos centrales de la jornada fue la determinación del caudal de los emisores mediante el aforo directo, procedimiento que consiste en medir el volumen de agua emitido en un tiempo determinado. Este parámetro permite calcular el caudal individual (Q = Volumen / Tiempo) y evaluar la variabilidad entre distintos puntos del sistema.
A partir de estas mediciones, los asistentes calcularon el Coeficiente de Uniformidad (CU), un indicador que mide la homogeneidad en la distribución del agua.
Durante el ejercicio práctico, los resultados obtenidos en distintos puntos del cuartel permitieron identificar diferencias de presión y caudal que afectaban la uniformidad. Este tipo de diagnóstico, explicó el investigador, permite detectar fallas tales como obstrucciones en los emisores, suciedad en los filtros o pérdidas de presión por roturas en las tuberías.
El Dr. Zúñiga enfatizó que una buena operación requiere un monitoreo continuo de las condiciones del sistema: presión en los filtros, caudal de salida, consumo eléctrico de la bomba y limpieza de los emisores. “Una lectura inadecuada o una desviación leve en las presiones puede ser síntoma de un problema mayor. El operador debe estar capacitado para interpretar estos signos antes de que se traduzca en pérdidas productivas”, afirmó.
Asimismo, recomendó la instalación de sensores de presión y caudal en puntos estratégicos de la red para facilitar la supervisión remota y el control automatizado del riego. Estos avances tecnológicos, combinados con un manejo agronómico de precisión, permiten mejorar la eficiencia hídrica y reducir el consumo energético.
El uso eficiente del agua es un desafío permanente en la agricultura del Valle de Aconcagua, especialmente en el contexto de sequía prolongada que afecta a la zona central del país. En este sentido, el programa impulsado por Corfo e INIA busca transferir conocimiento técnico y herramientas prácticas que permitan a los productores adoptar sistemas más sostenibles.
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