LOS ANDES (26/03/2025).- El pasado 29 de noviembre de 2024 y de forma sorpresiva, los 17 trabajadores que componían el laboratorio clínico Santa Cecilia ubicado en el edificio Las Rosas de calle O’higgins fueron despedidos de manera sorpresiva argumentando “necesidades de la empresa”.
El laboratorio había funcionado de manera ininterrumpida desde el año 1979, brindando atención de primera calidad a la comunidad de la provincia y también de todo el valle de Aconcagua.
Si bien a los trabajadores se les había comprometido el pago de sus finiquitos y años de servicio, finalmente la administración no cumplió y ahora están sumidos en la molestia y desesperación por no contar con esos ingresos.
“Nos despidieron por “necesidades de la empresa” haciéndonos creer que se nos iba a cancelar todo lo que nos corresponde legalmente y que a su vez también decía en nuestros finiquitos, cosa que no sucedió, ya que nos hicieron en forma de burlesca ir a la notaría a ver nuestro pagos y nunca estuvieron; hicimos los descargos correspondientes en Inspección del Trabajo donde se presentó la denuncia, pero otra forma de humillación para nosotros como trabajadores es que no llegaron a la citación, llevándonos a tomar la decisión de hacer una demanda colectiva a nuestro ex jefes”, expuso la vocera de los trabajadores, Verónica Tapia.
Añadió que esto les ha traído muchos problemas de índole económico y emocional, ya que la mayoría de los trabajadores llevaba en sus labores más de 20 años de forma ininterrumpida, incluso en tiempos de la pandemia.
“Nos es muy doloroso tener que contar a la comunidad de que después de tantos años de trabajo y servicio a la empresa donde muchos hicieron carrera, hayan hecho burla de los trabajadores, sin pagarnos un peso por nuestro trabajo y tener que estar actualmente en una demanda contra ellos, teniendo que contratar en forma particular abogados para poder pelear por los que nos corresponde en forma legal”, fustigó.
También criticaron que la empresa nunca llevó los finiquitos a la notaría como una forma maliciosa de ganar tiempo y declararse en quiebra.
Por ello quisieron hacer pública esta situación a través de los medios de prensa como una forma de presionar a los dueños del Centro Médico, “ especialmente los señores Engelbert Siglreithmaier Contador, Ramón Zamora Vásquez y el lamentablemente fallecido doctor Benjamín Zuleta Quiroz que en estos momentos es representado por su hijo Marcelo Zuleta Rebolledo quienes son los dueños y socios del laboratorio del cual no les quieren pagar a sus trabajadores y además cerraron sus puertas sin ningún aviso previo, porque la empresa no estaba en quiebra ya que afortunadamente contábamos con gran equipo de trabajo y pacientes que siempre nos prefirieron por la excelente atención y la calidad de los exámenes”.
Finalmente, los trabajadores agradecieron el apoyo de la comunidad andina y todos aquellos pacientes que por más de cuatro décadas fueron atendidos en el laboratorio del Centro Médico Santa Cecilia.
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