Ubicada a 3.200 msnm y cercana al Camino Internacional, que une a Chile y Argentina, la singular Laguna del Inca, en la comuna de Los Andes, destaca como un ícono del valle de Aconcagua, siendo reconocido tanto en Chile como en el extranjero.
Con una forma ovalada, de aproximadamente 4 km de largo y anchos que fluctúan entre los 400 a 700 metros, la laguna tiene relevancia en ámbitos hidrogeológicos, ambientales, históricos, míticos, ceremoniales, patrimoniales y turísticos, principalmente.
Sin embargo, este especial ecosistema andino no ha estado ajena a diversas acciones u omisiones que afectan su condición natural.
Esto, porque de acuerdo al estudio “The 2010–2020 ‘megadrought’ drives reduction in lake surface area in the Andes of central Chile (32º – 36ºS)”, realizado en 12 lagos andinos por parte de un equipo multidisciplinario proveniente de las universidades Católica de Chile, de Chile y de Tarapacá y publicado en la edición de diciembre de 20021 de la revista científica Journal of Hydrology, la laguna presenta una disminución de su superficie de agua de un 15% en los últimos diez años. Según el mismo, esta situación se debe principalmente a la mega sequía que ha afectado a la zona central del país, por lo que en el estudio se solicita tomar medidas a las autoridades correspondientes.
En una línea más local, desde hace tiempo la laguna se ha visto afectada por la presencia de visitantes que no cumplen medidas mínimas de cuidado y protección del lugar, lo que ha sido ampliamente difundido en redes sociales.
La presencia frecuente de basura y desechos en el sector generado por estos visitantes y la ausencia de medidas de seguridad personal por parte de algunos usuarios que realizan actividades deportivas en ella, son situaciones que afean el lugar y afectan la calidad ambiental y turística de la laguna. A esto se suma un deficiente sistema de recolección de basuras, lo que viene a aumentar el impacto negativo de lo expuesto previamente.
Si bien, en algunas oportunidades las autoridades sectoriales han realizado fiscalizaciones en el lugar, sancionando a los responsables, el hecho de que esta acción no sea frecuente, resta efectividad a la tarea de cuidar y resguardar el sector. A esto se agrega la falta de conciencia de muchos visitantes que no entienden que la labor de cuidado es una tarea de todos.
En vista de la permanencia en el tiempo de esta situación, en dónde de no tomar medidas, la laguna podría llegar a convertirse en un mero tranque lleno de basura, en la falta de precisión de las competencias y responsabilidades de diversas instituciones públicas que debiesen tener injerencia en el lugar y la recomendación del estudio científico expuesto al inicio de este artículo, es que como Corporación de Desarrollo Andes (o Corporación Andes) desde hace un tiempo, estamos recabando información y realizando gestiones para iniciar un proceso de declaratoria de la Laguna del Inca como un área protegida en su condición de Santuario de la Naturaleza, acorde a la normativa vigente, por lo que, de ser aceptada la postulación, sería la primera área protegida de este tipo en la provincia de Los Andes.
Esto permitirá, además de visibilizar la enorme belleza de lugar, sentar las bases técnicas y legales para desarrollar un plan de manejo que considere ámbitos ambientales, turísticos y educativos, entre otros, realizada de manera coordinada y proactiva, en que intervengan instituciones del sector público, sector privado y comunidad local.
Será una tarea de largo alcance y no exenta de problemas, pero estamos convencidos que es una medida que otorgará protección al lugar, aunará esfuerzos público-privados y potenciará el impacto positivo que tiene en el turismo del valle de Aconcagua, especialmente el realizado en espacios naturales, el que esperamos y trabajamos para que sea un verdadero motor de desarrollo local.
Así, la iniciativa de postulación de la Laguna del Inca como Santuario de la Naturaleza se sumará a otros lugares que ya cuentan con protección ambiental en la zona, buscando con ello posicionar al valle de Aconcagua como un territorio que avanza a hacia una estrategia de sostenibilidad ambiental, social y económica, en alianza con los demás actores del valle.
Finalmente, para lograr este objetivo, es que invitaremos a diversos actores locales tanto públicos como privados, que puedan y quieran aportar al logro de este importante desafío.
|