Los permanentes ataques al Monumento al General Baquedano –figura clave en la Guerra del Pacífico– y al Soldado Desconocido, obra del genial escultor Virginio Arias, resultan decidores pues obedecen a un ataque a la propia nación chilena y su tradición militar.
Es la clara oposición entre aquellos que construyeron y defendieron nuestra Patria y de las turbas de parias "sin Dios ni ley", de los anarquistas y bolcheviques apátridas y su plan de destrucción de Chile.
La heroicidad de los hombres frente a la cobardía de la masa.
Asimismo, resulta llamativa la indiferencia por parte del gobierno de turno ante los mentados ataques a este hito patrimonial y su simbolismo, como también, la sorprendente apatía de las autoridades del "Consejo de Monumentos Nacionales", del "Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio", de los Institutos de Historia de las ideologizadas universidades y de sociedades y agrupaciones afines.
Silentium grants –el "silencio otorga"–.
De modo ilustrativo, Friedrich Nietzsche se anticipó al decadente mundo moderno y a la situación impuesta en Chile como una manifestación de la moral de esclavos –la "degeneración colectiva del hombre"– que ha socavado los valores occidentales.
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