Decretada la cuarentena total para Los Andes y San Felipe, vociferada y exigida a los cuatro vientos y expertos médicos, nadie se ha dimensionado el daño económico y psicológico que una medida como esta provoca.
En mi caso, un hombre ya pensionado, que para mejorar mi pensión vivo de las rentas de un par de propiedades que adquirí con años de esfuerzo, hoy esta medida me ha dejado en la calle.
Mis arrendatarios no pueden pagarme porque con la cuarentena no han trabajado y es entendible, pero ¿Quién paga mis cuentas y servicios básicos?.
Esval y Chilquinta dicen que no habrá cortes de servicios por no pago durante la pandemia, pero la deuda crecerá. Yo tengo adscrito los servicios básicos al pago automático de cuentas y por ende se me cobra igual. Si no tengo dinero en mi cuenta corriente me lo sacan de línea de crédito y bueno, el banco me cobra interés.
Peor aun son las contribuciones, ya que el SII anunció que la primera cuota (Abril) se podía aplazar para junio, pero seguimos en pandemia, yo sin ingresos y ahora debo pagar una cuota más alta y si no pago…. Ya saben, rematan mi propiedad.
Cuando el Gobierno decreta cuarentena debe pensar en todos los factores, pues no saco nada con sobrevivir al virus y terminar en la calle muriendo de hambre después de haber trabajado una vida y perderlo todo a causa de las deudas por pago de servicios e impuestos territoriales.
Los alcaldes exigen cuarentena, pero es fácil decirlo cuando reciben un sueldo millonario pagado por todos.
Sin duda los efectos de la cuarentena al pasar la pandemia van a gatillar un estallido social aún peor y por lo mismo es el momento que el Gobierno se pronuncie y así como decretan cuarentena para los ciudadanos, también se debe decretar cuarentena y paralizar los cobros de todo tipo de servicios básicos e impuestos territoriales.
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