LOS ANDES (10/08/2017).- A una pena única de 16 años de presidio mayor en su grado máximo fue condenado el trabajador A. A. L. P., como autor del delito de violación y abuso sexual reiterado en contra de la hija de su conviviente, la que tenía 11 años cuando comenzaron los ultrajes.
Los hechos investigados por el Ministerio Público a cargo del fiscal especialista en delitos sexuales, Alberto Gertosio, se remontan al período comprendido entre los año 2010 y 2013.
El sujeto aprovechándose de la confianza que tenía con la menor por ser el conviviente de su madre, cuando este quedaba solo con ella en el domicilio que la familia compartía en el sector oriente dela ciudad, comenzó primero a efectuarle tocaciones en sus pechos y zona íntima por sobre y bajo la ropa.
Asimismo, el depravado le daba besos a la niña en diferentes partes del cuerpo con la finalidad de excitarla.
De acuerdo a los antecedentes de la investigación, el año 2012, cuando ya la menor contaba a la sazón con 13 años de edad, al quedar solo con ella porque la mamá estaba trabajando, procedía a efectuarle tocaciones obligándola a que lo masturbara y a que le practicara sexo oral.
Todos estos ultrajes continuaron hasta el año 2014, fecha en la cual fueron denunciados a la justicia.
Posteriormente en mayo de 2016 fue formalizado por estos hecho y quedó en prisión preventiva hasta el juicio que culminó esta semana con sentencia condenatoria.
El Tribunal Oral en lo Penal arribó a la conclusión de culpabilidad del sujeto en los delitos de abuso sexual impropio, violación impropia y abuso sexual propio, todos en grado de consumado.
Ante ello,el tribunal lo condenó a una pena única de 16 años de presidio y la incorporación de su huella genética a la base de datos de condenados con pena de crimen.
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