Millones de niños y niñas en todo el mundo se ven obligados a abandonar sus hogares, enfrentando desafíos inmensos y exponiéndose a situaciones de vulnerabilidad que ponen en riesgo su desarrollo integral, su salud física y mental. Esto es la migración.
Los niños y niñas migrantes, independientemente de su origen o situación legal, son titulares de todos los derechos humanos. Sin embargo, a menudo se enfrentan a barreras para acceder a servicios básicos como salud, educación y protección. La falta de políticas públicas adecuadas y la discriminación agravan su situación, impidiéndoles alcanzar su máximo potencial de desarrollo y marcando sus trayectorias de vida en un contexto de vulnerabilidad.
El modelo de cuidado llamado Nurturing Care Cuidado Sensible, promovido por UNICEF y la OMS, ofrece un marco de referencia clave. Este modelo enfatiza la importancia de brindar a los niños un entorno seguro, con una nutrición, cuidados de salud y un entorno afectivo y lleno de afecto para su desarrollo óptimo. En el contexto de la migración, es fundamental garantizar que los niños migrantes reciban este cuidado integral, que les permita superar las adversidades y construir un futuro mejor.
La migración es una realidad y es necesario desarrollar políticas migratorias inclusivas, que reconozcan los derechos de los niños y garanticen su protección integral. Del mismo modo, hay que asegurar que los niños y niñas migrantes tengan asegurado el acceso a salud, educación, nutrición y protección, sin distinción. Es fundamental fortalecer los sistemas de protección infantil, por ejemplo, a través de la implementación de mecanismos eficaces para prevenir y atender los casos de violencia, explotación y abuso.
Es importante señalar que todos podemos contribuir a combatir la discriminación y estigmatización hacia los niños y niñas migrantes, fomentando una mejor convivencia e inclusión.
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