LOS ANDES (06/11/2022).- Por medio de una carta enviada al Director Regional de la Dirección General de Aguas, la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del Río Aconcagua rechazó los dichos de los regantes de la comuna de Catemu e integrantes de la Segunda Sección, quienes aseguraron que el río trae caudal suficiente y que la sequía de su cauce es un problema de redistribución.
Desde la primera sección manifestaron que las causas de la sequía que afecta a los regantes de las secciones del río más abajo del puente El Rey en San Felipe son mas bien de orden interno y las soluciones no pasan por pedir más agua a la primera sección, “ya que el otorgamiento de derechos de aprovechamiento de agua fue otorgado según la disponibilidad hídrica en cada sección y no de las demás”.
Puntualizaron que la Primera Sección del río Aconcagua es la única agotada, desde 1985, es decir, “hace 36 años que mantiene sus hectáreas de riego” y por lo mismo plantearon que el resto de la cuenca del río debería declararse también como agotada para no aumentar las superficies de riego y por ende su sequía.
Respecto de la situación de la Asociación Canal Arriba de Catemu indicaron que es importante evaluar varios factores, recordando que en un año, con un río que ha mantenido su continuidad en la semana recargando acuíferos y durante varios meses con 42 horas de todo el caudal escurriendo hasta Romeral.
“Aún así el río no recupera para abastecer estos canales, claramente, el problema ni las soluciones están en aumentar horas ni caudales en el puente El Rey”, expresaron desde la primera sección.
Recordaron que el origen del problema de los regantes de Catemu pasa por el embalsamiento del río Putaendo que era el principal afluente acuífero de la Segunda Sección y producto de ello desaparecieron las Vegas de la Parrasía, donde existían humedales o vegas, que constituían un importante caudal para el río y lugar donde captaban sus aguas los canales que van a Catemu.
Puntualizaron al subir sus bocatomas aguas arriba, los canales de Catemu perdieron afloramientos que captaban originalmente y los pozos de la DOH de Panquehue y Curimón este año no han sido activados, siendo los regantes de Catemu los principales beneficiarios.
A eso se suman los centenares de pozos y la extracción de aguas subterráneas para regar todas las nuevas superficies de riego que han afectado los afloramientos propios de las secciones río abajo, “ y ese era el caudal que brotaba y con el cual se regaba en los planos (o superficies bajo cota canal), de las secciones bajo el Puente El Rey.
Desde la Primera Sección Enfatizaron que las soluciones para dichos canales debieran ser que el río Putaendo, que era su afluente, como ya cuenta con embalse, debería aportar a la Segunda Sección del río Aconcagua, como lo hacía cuando los derechos de la segunda sección fueron constituidos.
A su vez, durante las 42 horas de turno de la Primera Sección del río Aconcagua más del 30% del agua que pasa por San Felipe se queda en la Segunda Sección, recargando sus acuíferos. Lo correcto sería que los canales de Catemu puedan también aprovechar esas aguas subterráneas, con los pozos de Panquehue y del 12 de Febrero de la DOH.
Insistieron en que es fundamental entender que los derechos de aprovechamiento de cada sección son de cargo a la disponibilidad hídrica de cada una y no de las demás.
“Si río abajo hubo sobre otorgamiento de derechos de agua sin la disponibilidad hídrica, no se puede pretender solucionar con cargo a la disponibilidad de las otras secciones, con la evidente afectación a sus usuarios”, fustigaron.
Detallaron que la Primera sección del río Aconcagua no tiene el 95% de caudal de un año normal. Hasta este momento, en lo que va de noviembre, tenemos un 42% del agua de un año normal y la mayoría de los usuarios no tienen acceso a aguas subterráneas pues éstas se encuentran a más de 100m de profundidad.
“Los últimos 30 años, considerando los caudales en Chacabuquito desde 1990 hasta enero 2021 tenemos que el promedio año normal de octubre es de 27 m3/s y octubre de este año promedió los 15 m3/s, es decir, tuvimos un 55% de un año normal”, señalaron.
Para lograr un contexto completo indicaron que urge la unión entre el Estado y organizaciones comunitarias para evaluar correctamente y así avanzar por soluciones eficientes e imparciales, para todo el río, tales como:
1. Reutilización y retorno de las aguas depuradas
· Lo que ya se hace en la cuenca del Maipo y la parte alta de Aconcagua. Por lo tanto, no hay razón técnica para que no se haga con las aguas que se vierten al mar. que equivalen de 3 a 4 embalses Los Aromos, cerca de 100 millones de metros cúbicos.
· Con esas aguas, que hoy no reciclan, se podría conservar los humedales; hacer la recarga ecosistémica y compensar a la dañada agricultura, permitirían regar 10.000 has en una temporada.
2. Incorporar en la redistribución y restricción a las aguas subterráneas
· En las intervenciones o acuerdos no han incorporado la redistribución ni restricción del uso de aguas subterráneas, siendo que se estima que los acuíferos tienen reservas de más de 2.000 millones de m3 lo que equivaldría a 60 embalses Los Aromos.
· La cordillera no es la única fuente de agua.
3. No sobre demandar el acuífero
· Se debieran declarar agotadas todas las fuentes de la cuenca para detener el sobre otorgamiento de derechos de aguas subterráneas y superficiales. Que se controle el aumento de la demanda mediante la mejora de la eficiencia de su uso y que se impida o limite la incorporación de nuevas hectáreas a la producción agrícola. Y, promover la formación de comunidades de aguas subterráneas en los acuíferos para que éstas a su vez se incorporen a las Juntas de Vigilancia con el objetivo de integrar la gestión de las aguas. Esta integración es necesaria para cuidar la sostenibilidad del acuífero y la disponibilidad de agua para los usuarios en especial a las Cooperativas de Agua Potable Rural (hoy sistemas sanitarios rurales).
4. Hacer eficiente a la cuenca para dar seguridad hídrica
· Mejorar las conducciones; la medición y el control de caudales. Además de contar con reservorios medianos para cuando hay deshielos o fluctuaciones del río. Hoy, no hay manera de reservar agua para los periodos más críticos. Se requiere de obras que mejoren el avance, conducción y eviten pérdidas de agua. Hay un plan de obras y de medidas menores, medianas y grandes, a lo largo de toda la cuenca del Aconcagua ya identificado y evaluado técnicamente, que puede ser una relevante base sobre la cual podamos trabajar.
5. Esval debiese reutilizar; generar nuevas fuentes de agua y evitar pérdidas
El consumo humano es prioritario, sin duda y así se ha apoyado por años y se seguirá haciendo, pero para que todos contribuyan a ello:
· La sanitaria debe iniciar el tratamiento de aguas grises y reutilizarlas. Aguas Andinas en la cuenca del Maipo hace un retorno de aguas depuradas; cuenta con una estrategia de mitigación y compensación a las secciones que le entregan agua, lo que es una gran diferencia a lo que ocurre en Aconcagua.
· A su vez, avanzar en un plan de desalinización para contar y aportar con otra fuente de agua.
· Mantener en óptimas condiciones su sistema, invertir y disminuir sus pérdidas de operaciones, que superan el 30%, lo que es muy alto. Acá hay otra cantidad considerable de agua que se está perdiendo y no reutilizando.
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