Estamos ad portas del proceso de postulación a universidades adscritas al Sistema único de admisión. La decisión de miles de jóvenes sobre qué carrera seguir y en qué universidad cursarla, debiese ser una de las determinaciones más importantes y quizás la de mayor peso a tan temprana edad. Quienes somos padres debemos estar ahí para que sea una elección muy analizada y consensuada. Las opciones que existen son muchas, la oferta robusta y los sueños de miles de familias ven en esta elección un punto de partida.
La educación es la herramienta más poderosa para transformación social, y produce un efecto dominó en el entorno cercano de quien logra el objetivo, pues con su experiencia y logro entrega señales de que sí se puede.
En 2019 a nivel nacional las universidades tuvieron en promedio un 79% de retención al primer año de estudios, los Institutos profesionales un 67% y los Centro de Formación Técnica un 63%.
Si nos remitimos a universidades, uno de cada 5 alumnos renuncia a su elección porque se encuentra con alguna variable que no consideró a la hora de elegir. En esto, tanto las familias como las instituciones, tenemos mucho que aportar, pues es un fracaso compartido.
Elegir una carrera y dónde estudiarla implica mucha investigación, variables como cuáles son los proyectos educativos existentes, sus credenciales de calidad y cuáles son sus perfiles de egreso. Qué buscan con sus planes de estudio es solo el inicio de este análisis.
En las credenciales hay que considerar atributos como acreditaciones, y que áreas son las que la institución está acreditada, no es lo mismo estar acreditada por 5 años en áreas como investigación (el ADN de una universidad es generar conocimiento), que lograr el mismo plazo sin incluir esa área.
Es importante analizar, por ejemplo, ¿cuáles son los apoyos que las instituciones tienen para nivelar a los alumnos que poseen brechas académicas dada una educación secundaria deficitaria? ¿En qué posición se encuentran en los distintos rankings universitarios? Con esa información posicionarlas entre la oferta local, averiguar cuál es la tasa de empleabilidad de la carrera a elegir y cuál es la duración promedio. A esto se suma proyectar más allá, por ejemplo, conociendo cuáles son las escalas de remuneraciones y como crecen en función de la institución de procedencia y el tiempo de egreso.
Toda esta información está disponible en la web y es lectura obligada para que la decisión más importante sea responsable y acorde con lo que implica iniciar esta inversión de tiempo y recursos, pues, como toda inversión espera un retorno y este es cumplir el tan anhelado sueño personal y familiar.
Los datos señalados están disponibles, con plataformas oficiales del ministerio de educación entre otras www.mifuturo.cl www.cned.cl y es fundamental revisarlos antes de concretar la postulación.
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