LOS ANDES (10/09/2020).- Cuando recientemente la Escuela José Miguel Carrera emplazada en el corazón del barrio Sila celebró su centenario, un grupo de alumnos y exalumnos rindió un sencillo pero emotivo homenaje a la profesora Ester Órdenes Allende, quien por cuatro décadas enseñó a cientos de alumnos que pasaron por sus aulas.
Uno de los mayores valores del ser humano es la gratitud, sentimiento de afecto, de valoración y estima de un bien recibido, espiritual o material que nace en forma espontánea que aflora en el corazón hacia aquellas personas que han entregado lo mejor de si mismo en determinados momentos de la vida. El periodo escolar es una de las instancias donde interactuamos con muchas personas y donde surgen estos sentimientos con mayor frecuencia.
Es en esta etapa donde nos encontramos con excelentes profesores y maestros que tienen un impacto duradero en la vida de sus estudiantes, grandes maestros que dejan huellas profundas en el corazón.
Algunos profesores de excelencia por su profesionalismo académico, pero hay unos más que otros que se quedan y se hacen parte de nuestra historia por sus esfuerzos, por su paciencia, compromiso, consejos, enseñanza y sabiduría. Nos enseña y nos muestra cómo afrontar de la mejor manera los problemas y obstáculos que a diario nos toca enfrentar, nos marcan de manera personal porque llegan de forma afectiva, cercana, humana, no solo en la entrega de conocimientos académicos, sino porque se entregan con gran pasión poniendo en cada estudiante que atienden dentro de un grupo curso su sello personal.
Un maestro no ve solo cantidad o números al pasar la lista, sino que ve personas con historias unas más fácil de vivir que otras, algunas más pesadas, duras, sombrías por la lucha que dan día a día para llegar y estar presente recibiendo las enseñanzas que servirán para forzar un futuro de una persona de bien, que entregara lo mejor de sí en el lugar que le toque desempeñar profesionalmente.
Muchas veces nuestra vida se torna monótona, rutinaria, nos cansa estar siempre en lo mismo, pero esto cambia cuando encontramos en nuestro camino personas que hacen la diferencia y una de ella fue el encuentro con la gran maestra Ester Ordenes Allende que llegó a trabajar como profesora de castellano en el año 1980.
Esta querida profesora ejerció su profesión por 40 años en este prestigioso establecimiento. Es en éste contexto de dicha celebración un grupo de ex alumnas(os) y ex apoderadas(os) se comunicaron y organizaron para manifestar , expresar un merecido y justo reconocimiento homenajeando a esta docente que solo algunos meses finalizó su trayectoria profesional y goza de la compañía de su familia en este periodo de jubilación. De sorpresa se presentaron en su domicilio particular, cumpliendo protocolos de cuidado y resguardo por tiempo de pandemia. Se realizó una serenata mariachi afuera de su hogar, sorprendiéndola gratamente, una cantante vestida de charro la emocionó hasta las lágrimas interpretando canciones de amor y agradecimiento por su hermosa vocación de maestra.
En la oportunidad se hizo entrega de un Galvano con un sentido mensaje e insignia de la Escuela de la que formó parte activa por 40 años: José Miguel Carrera.
Una torta con una foto impresa de ella, bouquet de flores, bombones y otros regalos por parte del grupo que se reunió para manifestaron su agradecimiento por los años de entrega en esa querida escuela, donde dejó huellas imborrables en la vida de cada uno de ellos(as).
Hasta el día de hoy la recuerdan con afecto sincero. Muchos han formado su familia, tienen hijos en la ciudad de los Andes, otros han emigrado a otros lugares del norte y sur de nuestro país, quienes también se unieron por video llamadas a este bello saludo y merecido reconocimiento.
“Serenata, regalos, flores, una hermosa y rica torta con mi foto...me emocionaron y lloré de puro cariño y felicidad por ese tremendo regalo. Muchas gracias a quienes hicieron posible este maravilloso día que será un tesoro en mi memoria del alma... cuenten conmigo y que Dios les cuide y proteja mis queridos niños. Que hermoso amiga eso significa que has dejado una gran huella en cada uno de tus alumnos apoderados y compañeros de trabajo, se la gran persona que eres y doy gracias a la vida por haber llegado a tu corazón te quiero mucho y muchas felicidades te mereces eso y mucho más”, expresó tremendamente emocionada la maestra, hoy en un merecido descanso.
Este es el reconocimiento que refleja la importancia de la labor docente, de quienes abrazan esta tan noble vocación de enseñar y que en las últimas décadas ha sido tan poco valorada por la sociedad.
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