Entrada característica a San Esteban, viniendo desde Los Andes. La que recorría don Teo con su ganado; la que resguarda Vania con su alma. Esa pequeña pendiente que lleva a la comuna más extensa de la provincia como reza un gran letrero. Su nombre se ha perdido en el tiempo y sus frutos han sido reemplazados por moreras, palmeras y pimientos. Si vas o vienes te encontrarás con ella desde el inicio del trazado, con historias muy tristes, mas siempre con los brazos abiertos de su gente.
Cuenta la leyenda que las moreras fueron utilizadas en sus primeros tiempos para la cría de gusanos de seda, lamentablemente esos emprendimientos criollos han quedado en el pasado, ahora sostienen sus hojas para las sombras estivales, las telas naturales murieron ante el plástico implacable.
Un par de kilómetros y llegamos al cruce de Tocornal, calle dibujada en la colonia y que mirando al este, encamina al visitante hacia la Argentina, empalmando con la ruta internacional. Quedan los recuerdos en ese angosto camino de los mulares enfilando a Uspallata, lanares tropillando de noche a las veranadas. Si elige esa ruta encontrara la premiada Viña San Esteban y los espectaculares nogales en loma de Segura. Los rojizos peumos hacen imperdible el paisaje a la vera del camino.
Si miramos hacia San Felipe, bajamos entre parcelas, nogales y parronales, para llegar a Cerro Cortado, la famosa Foncea que, entre emprendedores, packing y alamedas chocamos con el siglo XXVII, al toparnos con la casona San Regis de los Arribas Zenteno, herencia al valle desde las encomiendas coloniales.
Desde ahí, si tomamos la izquierda subimos a Lo Calvo en caminos pavimentados y espectacular ciclo vía, entre campos de carozos y parronales para terminar con los paltos que escalaron los cerros, ganándole al bosque esclerófilo.
También desde ese sector se puede tomar la dirección hacia El Cobre, donde atravesando el pequeño curso del estero San Francisco, llegamos a la ex casona Jesuita, que conserva las cocinas subterráneas y sus misteriosos encantos. Ese lugar lo habita Faeh Manzur, sin duda un personaje del valle.
Nos encaminamos a Campos de Ahumada, pero de reojo no podemos dejar de mencionar el rincón donde se encuentra el fundo El Barro, antiguo predio que semeja mucho uno sureño con recovecos inimaginables, donde los antiguos habitantes se relajaban y mejoraban en los baños medicinales.
En la subida es interesante ver un par de producciones avícolas, como la de los hermanos Osorio con la fabricación de alimento orgánico y la de Renato Maino con sus gallinas libres. Entre parcelas y escuelas rurales vemos el camino que ingresa a La Vega de la Fragua, lugar trabajado por el conocido y querido emprendedor, Patricio Andrade, lamentablemente fallecido. Caminos que llevan a antiguos pirquenes de oro y cobre y a interminables pistas de esquí en los fríos inviernos, donde nos cobija el centro invernal de “El Arpa”.
Desde la Chaparrina, en dirección al este, tomamos el camino de subida por El Higueral, que por intrincadas curvas llega al hermoso fundo San Francisco, que sube por el lado izquierdo del río y nos presenta una hacienda cordillerana tradicional en su producción agropecuaria, pero moderna en espectaculares parcelas de agrado muy bien implementadas y cuya guinda de la torta es su lodge.
Los más aventureros, sin duda, elegirán el camino que escala por la derecha entre parcelas y cactus hasta llegar al fundo La Canabina, donde los recibirá el inigualable David Freifeld Cristi, encaminándoles por bosques nativos, huellas indígenas, petroglifos y tropillas de guanacos que vigilan la montaña. La caballada criada por la familia Cristi hace más idílico el lugar.
Plaza de San Esteban, grande y moderna, muy hermosa, gran trabajo municipal. Sin embargo, con una tarea pendiente en la recuperación del Parque La Ermita. Siguiendo a la vera de la iglesia, llegamos a calle Reyes, donde los turistas enfilan a Cariño Botado, pueblo turístico de mucha alma, con aspectos muy destacados. Es interesante realizar un reconocimiento a Gino Bibiano de “Casa de Campo”, quien permanentemente está mostrando la memoria histórica a través de representaciones vivas con personajes a caballo.
Camino internacional y subiendo por Rio Colorado podemos captar la inmensidad de la montaña. La flora y fauna en estado protegida, la actividad aurífera de Minera El Pimentón y las veranadas que se topan con Argentina, donde los arrieros hicieron vida, folklor y cultura.
Bajada de Los Ciruelos, donde se despide el afuerino, el que jamás podrá olvidar su recorrido por los caminos y gentes de la comuna mayor de la provincia.
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