Ya se ha comenzado a hacer costumbre la realización de reuniones, eventos e incluso celebraciones de forma remota. Gracias a la tecnología de la que hoy disponemos, la distancia entre nosotros se acorta, permitiéndonos, en un formato online, estar conectados y mantener las relaciones. Esta “nueva normalidad” como la llaman algunos, se presenta como una instancia de familiarizarnos con otras herramientas, formas de comunicación e interacción, siendo en algunos casos más exitosa que en otras.
Al mencionar que este escenario ofrece desafíos, lo podemos ver, por ejemplo, en materia de educación técnico profesional, la que muchas veces requiere de ejercicios prácticos como parte de su formación. Hoy vemos que se cambiaron salas de clase y talleres por pantallas y enseñanza a distancia. Para lograr el mejor resultado de esta experiencia y el ejecutar con éxito una tarea como esta, se requiere adaptación, planificación, organización y, sobre todo, trabajo en equipo.
Hay que considerar alternativas y buscar soluciones para continuar en un escenario nuevo para todos. Estos desafíos están cambiando la forma en que enfrentamos la educación técnica.
Poner sobre la mesa conceptos como innovación, digitalización y sustentabilidad en los cursos técnicos es una necesidad, y es en esa línea que se tienen que desarrollar las habilidades del futuro, independiente si se enseña de manera presencial o remota.
Tal es el caso de los talleres de desabolladura y pintura automotriz que se imparten en colaboración con Fundación Cristo Vive y los liceos SOFOFA a lo largo de Chile, los que se han tenido que realizar de manera remota. Durante este tiempo también ha seguido creciendo la alianza entre BASF, WorldSkills Chile y el Ministerio de Educación, con quienes se realizó el ciclo de webinars “Future Skills”, en los que se ha traspasado el conocimiento de expertos en la materia y se han presentado las principales tendencias en el sector. Y con muy buenos resultados.
Recientemente junto a Glasurit, línea de pintura automotriz de BASF, también se realizó un curso de desabolladura y repintura automotriz para jóvenes en situación de discapacidad auditiva, con el fin de brindar nuevas oportunidades para ellos en el mercado. Si bien, comenzó de manera presencial, el término de clases se realizó de forma remota.
La invitación es a que las empresas se involucren con más énfasis en este tema. El sector privado tiene mucho que aportar a la educación técnico profesional, independiente del contexto. Los proyectos que tienen relación con la comunidad no pueden ser frenados por la pandemia, sino que deben adaptarse a los cambios y seguir avanzando. Recordemos que estamos hablando de la educación y la formación de los especialistas del futuro.
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