Sin duda, el Covid-19 ha tenido (y seguirá teniendo) un tremendo efecto en el ámbito sanitario, en la forma de trabajar, en la forma de relacionarnos y en la forma de hacer negocios. A pesar que la pérdida de vidas es el mayor efecto que esta pandemia ha tenido, desde el punto de vista económico la destrucción de valor ha sido tremenda y sin parangón.
En ese contexto, el objetivo de esta columna es reflexionar sobre el creciente cierre de empresas, otras víctimas del coronavirus. Hace un tiempo se informó a la opinión pública el cierre de la empresa Dijon, una conocida cadena fundada el año 1978 y que estaba presente dentro del imaginario colectivo del país. Si bien la tienda venía con malos resultados a raíz del estallido social, la pandemia fue el elemento que terminó por sepultar más de 40 años de tradición. En forma paralela, Cencosud informó el cierre de la tienda Johnsons, fundada en los años 60, la que será absorbida por Paris en un nuevo formato de tienda.
Estudios recientes indican que, tan solo en la región metropolitana, más del 20% de las empresas están cerradas o en proceso de cierre definitivo; el 70% de las empresas han visto mermadas sus ventas, y de ese grupo, más de la mitad ha visto reducidos sus ingresos a un 50% si se comparan con el año anterior. Como es lógico, estos efectos se traspasan a las familias a través del sabido aumento en el desempleo. Finalmente, más del 50% de las empresas indican están operando con dificultades. Lamentablemente esta situación será más o menos permanente por todo el año, en el mejor de los escenarios y la recuperación será lenta y compleja en todas las industrias, a pesar de todas las medidas que se han implementado. Al analizar por rubros, los sectores más afectados son Turismo y Hotelería, seguido por Restaurantes y actividades de esparcimiento en general.
Si bien hay empresas que se han reinventado o reformulado sus procesos productivos o canales de venta, adecuándose a la nueva realidad, lamentablemente esta situación no es tan común como se esperaría. Hay empresas que derechamente no podrán sobrevivir a esta pandemia.
Finalmente, todos los actores de la sociedad, gobierno, empresarios, consumidores, entre otros, debemos aportar desde nuestra posición para tratar de mitigar estos efectos derivados de la pandemia, puesto que, en una economía pequeña como la nuestra, los equilibrios son bastante delicados y finalmente, tienen una afectación global.
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