Estos tiempos modernos… mascarilla, cuarentena, toque de queda, curva de enfermos, afectados, crisis social, estallido social, rebaja de sueldo, pérdida de trabajos, miedo al contacto social, porfiados, uf uf uf pf pf…, ¿estrés? no sabes cómo afrontarlo, ¿verdad?, llame ya, llame ya!!!!. En estos convulsionados tiempos, leudan aquellos gurús del crecimiento personal, influencers, pseudo-religiosos y pseudo-profesionales que ofrecen soluciones milagrosas, eficientes y espectaculares para salir adelante, modificar nuestra mente o atraer la anhelada abundancia. No juzgo a quienes persiguen o siguen a esos iconos “espirituales”, es más, reconozco que leer a tantos, cuestionarlos e intentar llegar a la fuente, me permite hoy en día hablar de algo súper simple, algo que no requiere de dogmas, ninguna estrategia, ni nada de rituales de esos que supuestamente te cambian la vida. Estoy hablando de RESPIRAR, ese gesto autómata que nos permite percibir, interpretar y por supuesto seguir con vida, ese simple gesto cuando lo haces conscientemente te produce resultados difíciles de explicar. Hoy no profundizaré en neurociencia, yoga, mindfullnes o cosas por el estilo, solo hablo que te sientes en un lugar cómodo, pon tu espalda recta, deja tus manos tranquilas, cierra tus ojos, respira por la nariz y cuando inspires infla la barriga hasta mas no poder, aguanta un par de segundos, luego exhala lentamente, solo inténtalo 3 a cinco minutos, por favor no me creas solo te invito a experimentar.
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