Ya hace más de dos mil años, Sócrates dijo:” Alcanzarás buena reputación esforzándote en ser lo que quieres parecer” y en el contexto de la pandemia de Coronavirus, cobra suma importancia cuando las empresas deben demostrar con hechos lo que son su misión, visión y valores.
La reputación corporativa hace mucho tiempo dejó de ser un aspecto meramente aspiracional para ser un eje central en las políticas de las empresas, íntimamente ligadas a su rentabilidad. La confianza, en definitiva, no sólo es una cuestión de valores, sino un asunto de dinero.
Los clientes y consumidores son entes cada vez más activos en el desarrollo, crecimiento y caída de las empresas. Cabe recordar, por ejemplo, el caso de una reconocida aerolínea, cuando decidió sacar a la fuerza a un pasajero porque había sobrevendido sus pasajes y no se presentó ningún voluntario para bajarse del avión. Las redes sociales ardieron con las imágenes captadas por otros pasajeros y la desafortunada reacción de la compañía hizo que sus acciones en bolsa cayeran un 4%, equivalente a unos mil millones de dólares.
En Chile, hace pocos días hemos visto el golpe de efecto de Andrónico Luksic como Director del Banco de Chile y Quiñenco, quien se adelantó a sus competidores y ha anunciado una serie de medidas pensadas en ayudar a paliar la situación económica que afectará a muchas familias.
Álvaro Merino, un experto español en liderazgo, resume cuáles son los 4 tipos de pensamiento que los diferencian, basados en la psicología del desarrollo: pensamiento flexible: saber leer rápidamente los cambios, incorporando todos sus conocimientos a los nuevos escenarios; pensamiento automático: su experiencia le permite tomar atajos que otros no conocen; pensamiento estratégico: es capaz de pensar a largo plazo y anticiparse a nuevos contextos; y pensamiento intuitivo: maneja datos y es capaz de leer entre líneas.
Es de esperar que, en el contexto actual las empresas, a través de sus líderes no olviden que esforzarse en ser lo que quieren parecer puede ser la clave de su sobrevivencia; que no sólo pongan foco en las cifras que aseguran precariamente el futuro inmediato, sino que pongan el valor la reputación ante sus empleados, colaboradores y clientes que en definitiva puede aportar con mayor significancia en el mediano y largo plazo.
|