El daño a la infraestructura producto de las manifestaciones de los últimos días han afectado a todos los ciudadanos y en particular al comercio local que ha visto destruidas sus fuentes de trabajo, en algunos casos con perdida total. Claramente el vandalismo es deplorable y debe ser castigado, pero también podemos analizar respecto de cuál es la posible relación causa-efecto que nos condujo al escenario que hoy vivimos en Chile.
La tragedia neoliberal nos ha conducido a la muerte en la lista de espera de un hospital sin insumos y personal precarizado, ancianos suicidándose por que no les alcanza su pensión, chilenos comprando el pan a crédito en el mismo supermercado que les otorga la tarjeta y nuestros niños muriendo en algún centro del Sename.
La organización de las Naciones Unidas (ONU), concluyó que el estado de Chile violó la convención de derechos del niño por más de 40 años ¿Creen que un niño abandonado, y violentado sistemáticamente por las instituciones que se suponían debían cuidarlo, tiene algún apego a nuestras lindas plazas, parques, tiendas y supermercados?.
Por otro lado, aquellos que viven con sus padres, pero que no los ven durante 12 hrs y pasan su día entre guarderías, jardines, escuelas, abuelos o sencillamente solos, ¿tendrán apego a alguna norma?. Hemos criado desadaptados, que para que no “molesten” dejamos que hagan lo que quieran, con la excusa de no limitar su “creatividad”, entonces pueden rayar los muros de la casa, sin limites, pero cuando terminen, continuarán con la del vecino.
En la comisión de derechos humanos (DDHH) del Senado, se expuso el caso de un ciudadano que fue arrestado al pasar frente a un comisaria en Santiago cuando volvía de su trabajo, fue golpeado y liberado al toque de queda, “corre o te disparo”, le dijeron, dejando en su cuerpo 58 perdigones, luego de un disparo por la espalda. A ésto hay que agregar miles de detenidos, cientos de heridos, 5 querellas por homicidio y 12 por violencia sexual, en un Chile que nos transportó a un escenario en blanco y negro.
Estimado Cristian Warnken, yo no sé si tu puedes decepcionarte de la izquierda y las “jóvenes promesas” porque no alzaron la voz contra los desmanes como tú querías, aunque hagas la analogía con Camus, hay traumas que pueden llevar a la autoflagelación.
Hemos descuidado al ser humano y tocó la hora de hacernos cargo.
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