Jueves, 28 de Marzo de 2024  
 
 

 
 
 
Opinión

Costumbrismo Rural-Parlamento de búhos

Por Sergio Díaz Ramírez, Ing. Agrónomo Eco granja Parque Cordillera.

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Observan en 270°, mueven el cuello por sobre el 60 % de su eje, debido a que sus ojos son fijos y solo pueden mirar hacia adelante. Gritan de manera estridente y también sigilosa, los hay diurnos y también nocturnos, muchos solitarios, pero al juntarse no forman bandadas ni grupos, si no que “parlamentos “…Tenemos variedad de especies en Los Andes: pequenes; lechuzas; tucúqueres; chunchos; concón; nuco…

Los búhos son de la familia Strigidae. Al cazar no hacen ni el más mínimo ruido y cuidan mucho de agarrar muy bien su presa, al ser aves nocturnas en su mayoría, tienen muy desarrollada su parte visual y auditiva.

Lluvia de primavera en la temporada pasada cuando una “señora de la noche”, escondía y mostraba su cría sobre un frondoso encino de calle Los Olmos, en la comuna de San Esteban, al costado de una exportadora de nueces, que ocupa una centenaria casona de adobe. Dicha familia de tucúqueres, Bubo Magallanicus, los mayores orejudos de los búhos chilenos, mide hasta 50 cms, de color variegado pardo oscuro a ocre, con penachos en zona auricular semejando orejas, ojos grandes y amarillos, collar blanco en la garganta y pico café corto encorvado hacia abajo. Su nombre es onomatopéyico y corresponde al sonido que emite.

Bendita vigilia de los orejudos en aquella casona para mantener a raya los roedores asiduos a las nueces que allí procesan. La cadena alimenticia también contempla, conejos, aves, reptiles y algunos invertebrados, siendo aves de rapiña al alimentarse de seres vivos. La nidada desde octubre en adelante contempla dos a tres huevos blancos y generalmente reacondiciona nidos abandonadas de rapaces menores, ecológica y recicladora por excelencia.

En sector La Florida, siguiendo en San Esteban, un macho es captado en un nogal, un par de meses antes, hermoso y orgulloso ejemplar que recorre esas plantaciones de nocedal, frutales, producto de un trabajo conjunto chileno-suizo, donde la inteligencia nos otorgó un cambio de paisaje, pero con resultados productivos, económicos y de respeto al medio, convirtiendo las áridas Lomas de Segura en un verdadero vergel.

Los fijos ojos amarillos posados en la rama gruesa del nogal se cierran, buscando mimetizarse, hasta que caiga la noche, donde se comunica con su pareja, estacionada en algún lugar del sector, sonidos de sigilo coordinan la emboscada, el acecho, vuelo imperceptible y caída sobre el roedor.

Plena noche en Valle Alegre, un vehículo irrumpe el silencio del sector, en realidad es un silencio aparente, pues un parlamento de lechuzas albas, entran en jolgorio en el techo de unos viejos hornos de tabaco, invitadas a su comida predilecta, estudios confirman que cada una puede consumir 1.000 ratones en un año. Después de cada cena regurgitan una “egagrópila “(restos de comidas difíciles de digerir), lo que se utiliza para realizar análisis de dietas, determinando que el 80% de su dieta es de ratones, cobrando mucha importancia en bajar el riesgo de zoonosis como el Hanta virus.

El que menos hábitos nocturnos tiene y al que se le ve arriba de un palo de cerco o saltando al lado de una cueva de conejo, usurpada para su familia de mochuelos, es el pequén. Mide hasta 26 cms y en general es de color café terroso con manchas blancas.

Más de algún lugareño se ha devuelto a admirarlo, pues al pasar de a caballo, a una distancia prudente, ha sentido su mirada sostenida de manera interminable, claro que sí, pues puede mover su cuello en 360 °, de manera que fuera de asustar a un baqueano distraído, no se le escapan pequeños roedores ni insectos.

Otra especie es el chuncho -no son azules, ni visten de corto- nocturno por excelencia, asociado al inframundo por la cultura campesina, de encantar a las personas, de ver lo oculto. Glaucidium Nanum, anida en cavidades altas, realizadas por otras aves, también acepta cajas nido, puestas por gente que procura el cuidado de la avifauna.

El Concón, Strix Rufipes, búho nocturno, que habita desde nuestra región hasta Tierra del Fuego, es rechoncho de color café moteado, se alimenta de roedores durante la noche, anida en los huecos de los árboles. Es asociado a la mala suerte y con los espectros de la noche, ojos oscuros y no se le distinguen pupilas, canto llamativo y fuerte, similar al aullar de un mono.

El ultimo búho de la zona es el nuco, Asio Flammeus Suinda, también llamado lechuzon de campo o ñuco. Vive desde Vallenar a Tierra del Fuego y se asocia a vegas y pajonales, de color pardo oscuro, tamaño similar a un tiuque y aspecto de lechuza, realmente inconfundible. De hábitos diurno y se alimenta al crepúsculo de pequeños mamíferos asociados a las áreas pantanosas.

Tucúquere, lechuzas, concón, nuco, chuncho y pequenes, nuestros búhos. Los señores de la noche, los que observan los espíritus andantes, se encuentran en diferentes niveles poblacionales, razón por la cual es necesario conocerlos y solo nos resta admirarlos, protegerlos y agradecer su labor de control de roedores. Pero no solo eso, su presencia embellece el entorno, lo llena de misterio y nos seduce en sus desordenados parlamentos nocturnos.

 

 

 

 

 

 

 

 


 
 
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