El tema migratorio se instala con fuerza en la controversia política local. Y como la imagen es un potente vehículo de comunicación, los centenares de venezolanos que acampan frente al consulado chileno en Tacna son un imán para políticos que busquen dar una señal, sobre todo en tiempos preelectorales.
Así lo hizo Felipe Kast, quien exigió en la ciudad peruana soluciones humanitarias y rápidas para la crisis. Con ello se desmarca de la derecha más conservadora y busca cultivar un perfil más liberal y dialogante, que tiende puentes hacia el centro político.
Su tío José Antonio no podía dejar pasar a la oportunidad de dirigirse al lado chileno de la frontera y subrayó en Arica su conocida posición contraria a una inmigración que en su opinión ya está desbordada y amenaza la estabilidad social. Sin duda, con ello también gana electores.
Kast en Tacna y Kast en Arica: mucho más que una controversia familiar. Aquí se dibujan con claridad dos formas de enfrentar el tema migratorio que cruzan todo el espectro político nacional y que pueden ser determinantes para el comportamiento de los electores en los próximos comicios.
Los datos duros señalan que con un 7 por ciento de población extranjera, Chile ya es un país de inmigración que requiere políticas nacionales y ojalá consensuadas para abordar el tema.
Es cierto: seguir la línea de Trump, Orban o Salvini puede brindar réditos electorales. Pero hasta ahora no hay evidencia que los muros, las barreras y las prohibiciones logren solucionar la crisis.
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