LOS ANDES (16/01/2018).- Sin duda una de las imágenes que más ha conmovido al país en la visita del Papa a Chile se vivió la tarde del lunes en las afueras de la Nunciatura Apostólica en Santiago, cuando el pontífice saliéndose de todo protocolo se acercó al matrimonio andino conformado por Estefanía Munita y Pablo Ávila, quienes junto a sus hijos Beatriz y Rodrigo recibieron la bendición de Francisco.
Pese a la intensa emoción vivida por esta familia, gentilmente accedieron a reunirse con los medios de prensa locales en su departamento ubicado en la Remodelación Viña del Mar (Ver foto ampliada).
Pablo aún emocionado comentó que este acercamiento con el pontífice comenzó a gestarse hace algunos meses cuando en su calidad de voluntario papal envió un correo electrónico a la organización de la visita papal a fin de poder tener acceso a alguna de las actividades públicas de Francisco, específicamente en la misa del Parque O’Higgins.
Recordó que Rodrigo, su hijo menos de 6 años sufre de parálisis cerebral e hidrocefalia y a pesar que muchas veces ha estado cerca de la muerte sus ganas de vivir siempre fueron más fuertes y con el apoyo en su momento de una monjita del Hospital Van Büren de Valparaíso y los propios médicos lograron que esté en este mundo.
Esta historia fue contada en el correo electrónico enviado a la organización y luego ellos le respondieron que su familia podría estar en la zona para discapacitados y más cercana al pontífice, pero dado el los problemas de salud de Rodrigo, se cambió el lugar desde la misa en el Parque O’Higgins a la afueras de la nunciatura el día de la llegada de Francisco.
Pablo recordó que el lunes llegaron temprano y contrario a lo que pudiera pensarse explicaron el problema de Rodrigo a los Carabineros quienes les permitieron pasar y poder ubicarse frente al ingreso de la nunciatura.
Fue así como llegó Francisco y saltándose el protocolo se acercó a la familia de Estefanía y Pablo entregándoles su bendición, imágenes que todo Chile pudo ver en directo por la transmisión en vivo que hacían todos los canales de televisión.
“Sabíamos que el Papa siempre se sale de su protocolo, nunca pensábamos que se iba a acercar, nosotros nos sentíamos pagados con estar a metros de él, pero cuando el Papa hace el cambio de vehículo al ansias de todos era poder verlo cerca y cuando él se baja se dirige hacia unos niños que son de infancia misionera nosotros pensamos que iba a llegar hasta ahí, pero comenzó a acercarse y fueron momentos emocionantes donde pudimos conversar tres minutos con él”, relató Pablo.
Añadió que “ en ese momento pude decirle Papa él es Rodrigo, tiene hidrocefalia, estuvo hospitalizado un año, más de veinte operaciones y ella es mi hija y mi señora, y es ahí cuando él se acerca a Estefanía, abraza a Rodrigo, lo acerca su pecho y le da un beso a Beatriz”.
En cambio para Estefanía este encuentro fue una conexión con la mirada, “ él hablaba con su mirada, porque solo nos bendecía, no dijo otras palabras, pero nos miraba y era una mirada tan profunda que era como que te decía no te preocupes , te entiendo, tu tranquila y yo los bendigo”.
“Me emocioné mucho cuando él tomó el rostro de mi hijo Rodrigo y le dio un beso, tomó el rostro de Beatriz y le dio un beso con tanta paternidad, con tanto cariño, con tanta ternura y eso para nosotros como familia es impagable”, expresó aún emocionada Estefanía.
Para Pablo y Estefanía la actitud del sumo pontífice representa lo que todos los Católicos quieren, una iglesia cercana a sus fieles, “ pero también de una iglesia que es capaz de entregar Paz y Misericordia que hoy día se necesita mucho”.
La familia señaló que este encuentro es una bendición maravillosa que marca un antes y un después en su vida familiar.
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