Apropósito de la situación actual del Servicio Nacional de Menores (Sename), en donde se han hecho públicas las vulneraciones, violaciones y vejaciones por las que han pasado las niñas y los niños que han sido atendidos por el órgano estatal; es que hoy como candidata a Diputada por el Distrito V Cordillera, difundo mi más profundo compromiso por transformar el Sename en un órgano estatal, que respete y garantice los derechos humanos, tanto de los jóvenes, como de los niños que por diversos motivos llegan al Sename.
Más que un compromiso, esta columna es un llamado a que como sociedad chilena nos hagamos responsables de los niños y jóvenes, ya que ellos también son personas y sujetos de derecho. En consecuencia, debemos exigir al Estado chileno que integre institucionalmente a los menores y pueda garantizar su dignidad e integridad
El Sename no ha funcionado como un órgano protector de la infancia y juventud que ha sido vulnerada, debido a que, el aparato fiscal no ha sabido darles el bienestar necesario a los menores de edad, y también ha incumplido los criterios necesarios para que los niños puedan solucionar sus problemas, ya sean psicológicos, familiares o socio-económicos. Además, el Sename ha incurrido en maltratos y denigraciones a los derechos de los menores de edad, por lo tanto, la institucionalidad chilena ha fracasado en materia de respeto a los derechos humanos con nuestros niños y niñas más vulnerables, algo inaceptable en nuestra época pero que se puede reparar.
La manera para que como sociedad reparemos el maltrato y violación a la integridad de nuestra infancia y juventud, es que como país hagamos un compromiso social, en el cual el respeto y la proclamación de los niños como sujetos de derecho, sean parte de la legislación chilena.
También el reconocimiento por parte del Estado chileno de las vulneraciones a nuestros menores a lo largo de la historia, como una forma de reparación y de que el país tenga memoria colectiva, para que nunca más se violen los derechos de los niños, niñas y jóvenes chilenos. Otra medida de suma importancia, es la reestructuración del Sename, de sus procedimientos y del presupuesto que maneja como institución estatal, porque el respeto, las garantías y respaldo por la protección de los niños y sus derechos debe ser uno de los principios de la sociedad chilena y se tienen que impregnar en nuestra legislación.
Para concluir, estas medidas deben ser acompañadas con políticas económicas y sociales que beneficien a la sociedad en su conjunto, para que la igualdad y justicia social se conviertan en valores preponderantes de un nuevo Chile, en donde las oportunidades y el acceso a la educación, trabajo, salud y previsión sean derechos meramente velados por una Constitución democrática y legitima, ya que sin las transformaciones del modelo económico actual, la sociedad y sus instituciones seguirán perjudicando a las mayorías y enriquecerán a un pequeño sector de nuestro país.
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