El rol de la mujer en el proceso de nuestra independencia es muy poco conocido y la historiografía recientemente está haciendo intentos por descubrir en las fuentes de la época, más de su labor que, ciertamente, solo nos ha llegado a través de la tradición oral.
Un caso notable es el de doña Ana Paula Jaraquemada. Hija de don Domingo Jaraquemada y doña Cecilia de Alquízar, nació en Santiago en 1768. Era familiar y muy cercana a los hermanos Carrera y pertenecía a una rica y noble familia.
Su vida estuvo siempre ligada al servicio social, siendo asidua a los hogares, fundaciones de caridad y cárceles, especialmente a la Cárcel de Mujeres de Santiago. Sin embargo, a doña Paula se le conoce por algunos hechos heroicos ocurridos en los días posteriores al desastre de Cancha Rayada.
El ejército libertador se vio sorprendido por el ejército realista y el resultado no pudo ser otro, una contundente derrota para el bando patriota, que dentro de sus muchas bajas, se dolía de una herida de extrema gravedad sufrida por don Bernardo O’Higgins.
Las noticias no dejaron de circular. Había quienes daban por muerto a don Bernardo y otras que ponían fin al intento de Chile de ser independiente. El ejército al mando de don José de San Martín había sufrido muchas bajas y en su huida dejaron algunas de sus provisiones en el camino.
Fue en ese momento de la historia en que la persona de doña Paula aparece. Ella informada de lo acontecido, da aviso a los hombres del general argentino para ser recibidos en su Hacienda en Paine, donde debido a su influencia, podrían estar seguros por algunos días.
Doña Paula ordenó inmediatamente a todos sus trabajadores servir a los malheridos soldados y durante el tiempo en que el ejército libertador permaneció en su hacienda, los dotó de alimentos, agua y caballos. Ella misma autorizó a sus trabajadores para sumarse al bando patriota, si esa fuera su intención, y dio aviso a los habitantes de su hacienda para hacer lo mismo.
El hecho del que más conocimiento se tiene y que da cuenta de su personalidad, fue el que surgió a partir de la llegada de un capitán del ejército realista, el que pidió las llaves de la Hacienda para hacer revisión de ella. Doña Paula se opuso enérgicamente y acercando una de las bayonetas de los soldados realistas sobre su pecho, le indicó al capitán que si su intención era pasar por alto su decisión, entonces tendría que pasar por sobre su cuerpo sin vida. Acontecido esto, el capital y sus hombres tomaron la retirada y el grupo de hombres de San Martín tuvo el tiempo necesario para recuperarse.
Posterior a este hecho es la Batalla de Maipú y su resultado una contundente victoria para el Ejército Patriota.
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