Caminando el otro día por una céntrica calle de la ciudad de Los Andes me encontré con una tienda que llamó mucho mi atención considerando la idiosincrasia del andino, me refiero al primer Sex Shop que he visto en esta ciudad. No pude evitar reflexionar sobre el hecho de que la sexualidad ha sido un tema tabú para nuestra cultura occidental durante mucho tiempo, y a pesar de que con el tiempo se ha logrado poner este tema en el tapete con mayor naturalidad, los vestigios de siglos de condena social y de vergüenza legitimizada aun se hacen presente de manera incisiva en el discurso público.
Tal vez muchas personas piensen en este momento que el sexo no es lo más importante en una relación de pareja, y pueden tener toda la razón del mundo ya que las prioridades de una relación de pareja la establecen sus integrantes dependiendo de sus propias necesidades, razón por la cual claramente pueden haber muchas parejas en las que el sexo es una variable que se puede encontrar en tercer, cuarto o quinto lugar de prioridad. Sin embargo, pensar en una pareja omitiendo la sexualidad de sus partes y a la vez de ambos por la sinergia que implica una pareja, es una visión irreal de esta.
Muchas patologías psicológicas y problemas de la vida diaria, tienen dentro de sus factores gatillantes, la omisión de nuestra condición de animales, racionales pero animales al fin y al cabo. Al olvidarse de que somos antes que todo homínidos cognitivamente desarrollados, que complejizamos innecesariamente cosas de la vida que pueden resultar mucho más simples si los miramos con la naturalidad y sabiduría etológica que muchas veces negamos. En este sentido, ¿han visto alguna vez a un simio, perro o gato preocupado por no desarrollar sus metas personales o por que algún vecino no lo saludó cuando se toparon en la mañana? Sin lugar a dudas estos seres no tienen los problemas que nosotros tenemos, y como se habrán podido dar cuenta, viven su sexualidad de manera más plena.
En ningún momento quiero que lo que digo se interprete como un llamado a comportarnos como animales, sino que la invitación está dirigida a entender la naturalidad de nuestros procesos bio-relacionales como lo es la sexualidad. Más que mal, nuestra herencia filogénica (adquirida como especie durante nuestra evolución), nos dice que el sexo es una necesidad básica que compartimos los humanos con el resto de los seres del mundo animal, ya que todas las especies buscan la preservación de la misma.
Es por todo lo previamente señalado que si una pareja me dice que su vida sexual no es de importancia, puedo entender que tal vez no es su prioridad, sin embargo implica que como unidad bio-relacional no están supliendo una necesidad básica de estos y que precisamente nos orienta instintivamente a tener una pareja, independientemente de que como seres cognitivamente complejos, hayan muchas otras razones por las cuales estar con esa persona que deseamos que sea nuestra pareja.
|