ACONCAGUA.- Las diversas organizaciones Indígenas del Valle de Aconcagua recibieron atención especializada en salud de manos de la Machi mapuche Mariquita Colihuinca Carril, quien desde el año pasado viaja desde Chol Chol (Nueva Imperial) para diagnosticar, evaluar y entregar tratamiento medicinal a las diversas personas descendientes de indígenas y que participan de las distintas organizaciones existentes en el Valle.
La Machi mapuche Mariquita Colihuinca Carril atiendió a usuarios del Servicio de Salud Aconcagua con quienes firmó un convenio llamado “Programa Especial en Salud de Pueblos Indígenas” (PESPI), debido a que las organización indígenas –en marco de los tratados internacionales de salud firmados por Chile- han exigido que el estado respete su ancestral medicina y el derecho a sanarse a través de esta cosmovisión, por lo tanto, bimensualmente los Pueblos Originario del Valle acuden a recibir salud y yerbas medicinales nativas entregadas gratuitamente por la Machi quien es apoyada por sus facilitadores interculturales Juan Vielma Curical del CESFAM Santa María y Camila Millaqueo Millaqueo del CESFAM de Putaendo, ambos coordinadores de este Programa Especial en Salud de Pueblos Indígenas (PESPI) en el Valle e integrantes de organizaciones indígenas de sus comunas.
La novedad de este año del Programa Especial en Salud de Pueblos Indígenas (PESPI), en nuestro Valle, es que este sistema milenario de salud tradicional nativo ha incorporado a los Centros de Salud Familiar (CESFAM) de Calle Larga, Llay Llay, Catemu, Putaendo y Los Andes, consultorios que trabajan con el enfoque de pertinencia e inclusión de salud indígena, un modelo novedoso, pionero e interesante en nuestra zona y que surge a solicitud de las familias indígenas asentadas en nuestra zona.
Al respecto Juan Alfaro Robledo, werken de la Agrupación Huillimapu de Los Andes señaló que “el sistema de salud mapuche, es un sistema validado y vigente al interior de las comunidades indígenas y que permite entregar respuesta de salud en aquellas enfermedades en que el modelo bio-médico o científico no lograr dar respuesta o curar, por eso, es nuestro legítimo derecho a que se nos respete esta mirada y práctica medicinal”.
Por su parte Manuel Currilen Cheuquel, Lonko de la comunidad Mapuche-Pewenche de Santa María, manifestó que “Si bien este Programa Especial en Salud de Pueblos Indígenas (PESPI) en el Valle de Aconcagua ha dado pequeños, pero significativos pasos, aún falta mucho más que avanzar, pues somos vistos como los hermanos menores de la medicina y aún no se nos da el sitial y espacio digno que merecen recibir nuestras autoridades originarias en salud. Falta un espacio ceremonial y una Ruka mapuche en donde la Machi pueda brindar una atención en salud digna y centrada en nuestra propia cosmovisión en donde ella, la Machi, pueda tener su ngillatuwe (espacio sagrado de oración) y su rewe (altar sagrado) para presentar a los enfermos/as que acuden a ella.
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