ACONCAGUA (22/04/2019).- Un niño de enseñanza básica debería leer entre 8 a 10 libros al año; mientras que para un joven de enseñanza media lo óptimo es un título por mes. En esta época multimodal y digital, estas cifras tal vez parezcan difíciles de alcanzar, aunque si ampliamos la categoría de lectura más allá del texto impreso, la meta se hace mucho más accesible.
Para la Coordinadora de Lenguaje de la Red Educacional Cognita, Fanny Carrasco, la tecnología e Internet han reconfigurado la forma cómo interactuamos y nos comunicamos. La lectura no ha quedado ajena a este fenómeno, aunque – pese a estas transformaciones- desde el punto de vista del aprendizaje ella sigue siendo el principal motor de desarrollo cognitivo.
“La lectura es una conquista evolutiva del cerebro humano, motor de desarrollo cognitivo y cultural de una sociedad, y clave en la formación del juicio crítico y la construcción de la autonomía de las personas. Es una llave elemental para abrir los horizontes del conocimiento y de la imaginación que dan sentido a nuestras vidas. Lo importante es leer, independiente del formato o soporte”, asegura.
Cómo fomentar la lectura
Fanny Carrasco señala que para fomentar los hábitos de lectura. “Es necesario fijar el objetivo o la finalidad de la lectura, es decir, el ¿Para qué? Respetar los intereses de los lectores sin olvidar la relevancia de literatura clásica, que debiesen formar parte de nuestro capital cultural; como docentes debemos considerar que cada niño y adolescente es un mundo diferente con intereses propios y por ende este punto es fundamental para captar el interés de la mayoría”.
En cuanto a los padres indica que “a los padres les sugiero llevarlos a las bibliotecas públicas, que además tienen actividades complementarias para el fomento lector y darles la oportunidad de vivir esta experiencia culturalmente enriquecedora”.
Resume precisando que padres y profesores “debemos ser agentes lectores, motivar a los estudiantes sobre la importancia de la lectura pues no solo incrementamos el vocabulario y mejoramos la ortografía, sino también potenciamos el desarrollo del pensamiento crítico y creativo, es decir, del pensamiento de calidad”.
Los textos digitales
Sobre la irrupción de los medios digitales explica que “esta transformación no es un proceso nuevo en la historia de la humanidad. Estudios especializados demuestran que la lectura es una práctica cultural y cognitiva variada y de orden complejo, que cambia históricamente y que está sujeta a variables incluso socio-económicas”.
“Hace 20 años la práctica lectora tenía como rango de acción casi exclusivo a los textos impresos. Hoy, debido a que existen otro tipo de códigos derivados de la multimodalidad, la competencia para la lectura implica el dominio de múltiples habilidades, como la decodificación de los textos y la flexibilidad en la interpretación de informaciones visuales y auditivas, manejo de la comunicación oral, conocimiento para navegar por enlaces e interactuar con la tecnología de manera crítica y significativa”, sostiene la educadora de Cognita.
Según Carrasco, los medios digitales son de gran ayuda para desarrollar la competencia lectora, ya que las distintas aplicaciones facilitan la búsqueda de la información. Además, estos textos en su gran mayoría son multimodales, que nos convocan a ampliar nuestro propio conocimiento sobre el concepto y modalidad de alfabetización digital y, por ende, del desarrollo de competencias lectoras activas.
“Trabajar con textos multimodales potencia las competencias lectoras de los estudiantes en toda edad, ya que en ellos el lector debe establecer el sentido de los diferentes componentes (sonido, imagen, texto) y las relaciones entre ellos para construir el significado global del texto. Si, por el contrario, solo se focaliza en uno de los recursos multimodales la lectura será poco profunda y de significado fragmentado”, concluye.
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