La mentira en la política no es una novedad, pero cuando ésta llega a límites absurdos es todo un desafío a la evolución intelectual del ser humano.
En el último tiempo hemos escuchado a la diputada Camila Flores (Renovación Nacional), representante del valle del Aconcagua decir barbaridades inverosímiles, que muchos trastabillan al juzgar rápidamente como ignorancia o un coeficiente intelectual limitado, pero me atrevo a decir que no es ni uno ni lo otro, sino mas bien una estrategia abyecta y mezquina que se hace eco del individualismo de algunos actores políticos y que como muy bien menciona Daniel Matamala en su editorial de CNN del 11/12/2018 “Es una tendencia peligrosa que está destruyendo el debate público y minando la democracia”.
La honorable salta a la fama por calificar en un programa de televisión, como grupo extremista a la Brigada Ramona Parra, cuando éste corresponde a un grupo de muralistas de izquierda, que se inicia alrededor de 1965, y que el sitio Memoria Chilena, de la Biblioteca Nacional de Chile describe con detalle en su sitio web. En el mismo programa afirma que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) operaba durante la UP (Unidad Popular), el gobierno de Salvador Allende, pero éste se fundó recién en la década de los 80as y que la diputada Carmen Hertz (Partido Comunista) llamó a asesinar personas durante la dictadura de Pinochet, por lo que esta ultima anuncio acciones legales en contra de la representante de la provincia de Los Andes.
Resulta lógico pensar que la diputada Camila Flores se informa a través de memes, pero también podemos suponer que representa una estrategia desinformadora que utiliza la mentira y la repetición para contaminar cerebros ingenuos y así romper cualquier posibilidad de conversación seria, como cuando Donald Trump negaba el cambio climático, pese a la abrumadora evidencia científica.
Últimamente la honorable diputada Camila Flores indicó que los “países serios están mas bien abandonando la ONU”, cuando en realidad ningún país ha abandonado dicho organismo internacional.
De esta manera es como se deteriora la calidad de la discusión, se retrocede en desarrollo y la ignorancia se toma la agenda en beneficio del poder que necesita a un pueblo desinformado. Algunos medios de comunicación también contribuyen a esto, tergiversando y repitiendo las mentiras con desidia, como sucede en la zona con el periódico que usa el gentilicio de Los Andes.
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