Con la intención de hacer un aporte y una reflexión a la nominación que el Concejo Municipal de Los Andes hace con ocasión del aniversario de la Ciudad a algunas personas como Andinos Destacados, Ciudadanos Distinguidos, y sin el ánimo negativamente crítico hacia aquellos que han sido nominados -que muy bien otorgados están-, creo necesario establecer un sistema o protocolo con mayor participación de la ciudadanía, especialmente cuando se nomina a un Hijo Ilustre.
Para los efectos indicados, el Concejo, debiera establecer un claro procedimiento de tal forma de evitar que las nominaciones sean fruto de acuerdos políticos o de otra naturaleza, puesto que no pudiera creerse que las autoridades designan a alguien bajo el compromiso que esa persona será apoyada por concejales, y a su vez el primero apoye las postulaciones de los otros; una especie de lobby concertado. Las postulaciones para esta denominación, debiesen estar respaldadas por el currículum completo del postulante y debiesen ser conocidas por la comunidad toda con antelación.
La nominación de Hijo Ilustre debiese apuntar a distinguir a quien no solamente haya realizado obras notorias sino que además, esté investido de valores como persona, dado que puede darse el caso –si es que no se ha dado- que la persona en cuestión haya realizado obras pero mediante medios absolutamente poco éticos por carecer de valores personales, apropiándose de circunstancias, bienes y situaciones que no le son propias.
Para el caso de los Hijos Ilustres debiese existir una terna, quien fuere elegido lo sea por absoluta unanimidad de quienes los eligen, no bastando para este caso una simple mayoría.
Recordemos que Hijo Ilustre significa una situación meritoria de honor y de intachable conducta y no puede recaer en personas que su accionar no haya sido digno y honrado.
Esta reflexión no pretende –reitero- poner en cuestión el nombre de las personas nominadas como Andinos Destacados, Ciudadanos Distinguidos pero sí la transparencia, la forma y el modo respecto del especial cuidado que hay que tener con los nombramientos de Hijo Ilustre.
Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el pensamiento editorial de LAON.
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