Todos los aquí presentes y los que están afuera y en cualquier lugar, tenemos agrietada la garganta y apretado el corazón.
Los aires para Ambar eran raros, no hubo tal vez, pío pío.
La aurora se colgó de ti querida niñita.
¡ Que cortita vida, que dolor tan grande, que sufrimiento tan inmerecido ¡
¡ Un solo cumpleaños, tan solo uno...OH Dios ¡
Tu cristal virginal fue mancillado y hecho pedazos por un "Pitbull" entre los hombres.
La música para ella no era nada, su madre tampoco estaba. La niña vivía una infinitud de susto que no acababa.
Nadie vio en su pequeña frente las espinas que portaba. Sus socorros no fueron auxiliados cuando ella se aferraba a las piernas familiares para no irse con el insano que la clavaba con espinas, garfios y alacranes.
Ambarita. No, nadie leyó tu mensaje y cuando tomabas la mamadera tampoco sabías que la muerte subía por la escalera.
Poco a poco, tu luz se enfriaba como una escarcha, el Sol y tú cayeron a un pozo empujados por un monstruo enmascarado.
¡ Que atroz filo del suplicio chiquitita !
Yo misma tengo el corazón apretado como todo el pueblo y los otros pueblos, como el país, y serán todos los otros países que tendrán esta pena.
Ahora Ambarita, aparte de ser nuestro angelito eres una pluma chiquita que vuela, pero al llegar al cielo serás inmensa.
Tu martirio sube y se eterniza, Dios te espera para acunarte en su regazo. Yo te regalo una luna para tu viaje y un pez breve y celeste.
Y como dijo el doctor que trato de salvarte y fue imposible, PERDÓN, PERDÓN POR LO QUE TE HAN HECHO.
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