Tras los resultados de la primera vuelta las sorpresas son evidentes, como son las votaciones de Beatriz Sánchez y José Antonio Kast. Sin embargo, y a pesar de no alcanzar la cifra esperada, Sebastián Piñera sigue manteniendo la primera opción para alcanzar la presidencia de la república.
Lo anterior refrendado, por ejemplo, en la representación parlamentaria obtenida por Evópoli, la UDI y RN, lo cual desmitifica esta idea de que el país "se ha izquierdizado" cosa que no es tal. Porque lo que en verdad ocurrió fue que los votantes dieron cuenta que no quieren extremos, que desean equilibrio en la toma de decisiones del gobernante y que, en su mayoría y al no tener representación, el centro político termina fragmentándose tal como evidencian los cuatro primeros lugares de la elección presidencial. Por esta razón, y de cara al balotaje, es fundamental que Chile Vamos entienda la importancia de converger tanto con el votante de Kast como, muy especialmente, los electores del centro político que hoy se encuentran huérfanos.
Son estos últimos, sin dudas, quienes terminarán por inclinar la balanza en lo que bien podría ser un deja vú de la elección presidencial de 2009 pero con detalle no menos importante: la convergencia del centro político en torno a una figura de consenso capaz de liderar la denominada segunda transición de Chile.
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