ACONCAGUA (10/08/2017).- Más del 97% de los videojuegos que llegan a Chile son Norteamericanos. Ése es el primer antecedente. Segundo, la mayoría de estos videojuegos permiten ver la masacre y el asesinato como una condición natural para defender nuestro estilo de vida, que antropogénica y antropológicamente está dictada por Estados Unidos.
Esas son las primeras conclusiones de la investigación “Necrovisualidad o la configuración del imaginario racista a través de los videojuegos de acción”, realizada por el licenciado Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Rodrigo Baeza y quien presentó el estudio denominado “Experiencias Pedagógicas Investigativas”.
Baeza, quien está realizado una exhaustiva revisión de los videojuegos que llegan a Chile, postula que en éstos viene marcada absolutamente “la buena forma de vivir” que ha sido impuesta por Norteamerica a los países tercermundistas, donde el mensaje es que tienes que asesinar a quien viene a destruirla, que en este caso serían los árabes y los africanos. Etnias que están representadas corporalmente en los videojuegos”, explica el investigador. Por ejemplo –agrega- en 2007 el videojuego Resident Evil, causó gran polémica ya que representaba a África como una "nación de salvajes", mostrando a los “negros” como mala gente al principio del juego, antes de que se convirtieran en zombies y ocurriera su matanza”.
En este sentido, el estudio indica que los videojuegos simplemente vendrían a acoplar una ideología política norteamericana a sus intereses propios, para que desde esta forma los nuevos habitantes del tercer mundo se eduquen en una perspectiva necro-política, eso quiere decir, por ejemplo, “si un niño ve una masacre en las noticias, en que se mata a 9 menores con un misil, lo relacionará directamente con lo que él hace en los videojuegos, es decir matar a gente, donde a esa gente se le animaliza, normalizando el asesinato”.
Esto, en concreto, indica Rodrigo Baeza, es que se va a producir en el colectivo general un pensamiento racista “y se empiece a tomar, por ejemplo, la emigración haitiana que está sucediendo en Santiago, como una amenaza. El problema”, agrega Baeza, “es que este racismo está configurado también dentro del cine desde los años 30, por lo tanto, los videojuegos se suman a esta mala tendencia”, indicó.
Por eso el desafío está en las aulas, considerando que más del 70% de los consumidores de videojuegos son niños entre 12 y 15 años. El docente debe “resetearlos” y mostrarle –incluso llevando a clases el videojuego- que justamente ése es un juego y no una realidad normalizada donde el racismo es evidente.
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