En tres años, el Gobierno ha implementado una transformación que los chilenos han anhelado desde hace mucho tiempo, fortaleciendo el rol del Estado con las familias que luchan por su bienestar, gracias a políticas sociales que van en directo beneficio de las chilenas y chilenos.
En materia educacional, Casi 235.000 jóvenes en Chile ya estudian con gratuidad en educación superior, más de 35.500 cupos más en salas cunas y jardines infantiles existen en el país, y gracias al Sistema de Protección Social, se ha logrado disminuir la pobreza de un 14,4 a un 11,7 por ciento.
Los pensionados mayores de 65 años de edad ya dejaron de pagar el 5% de la cotización de salud. Aumentamos en 10% más la pensión básica solidaria, que beneficiará a más de un millón 400 mil personas. En salud, a lo largo del país, Hemos trabajado en 72 nuevos Centros de Salud Familiar (CESFAM). De hecho, en la provincia, se restableció durante el primer año del Mandato el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet el Cesfam Centenario y pronto se ejecutará el nuevo Servicios de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolución en Los Andes.
Asimismo, se han desarrollado mayores oportunidades en materia de inserción laboral, más espacios públicos se han recuperado gracias al programa Quiero Mi Barrio que, en nuestro caso, la población Alonso de Ercilla; se fomentó la participación ciudadana a través de la Agenda de Probidad y Transparencia, el proceso de construcción de una nueva Constitución para Chile hecha en democracia.
Junto a esto, el Gobierno de Chile ha impulsado diversas iniciativas en materia de equidad de género, ya que la ciudadanía demanda un trato igualitario relevando el rol de la mujer como se debe. Se creó el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, que da herramientas para avanzar en oportunidades y derechos para las mujeres.
En fin. Muchas cosas que parecían impensables son una realidad. Hemos trabajado arduamente por un Chile más justo e inclusivo que ha tomado forma en cada rincón de nuestro rincón.
Cada transformación que hemos concretado se ha hecho con responsabilidad política y fiscal. Cada peso extra que hemos sumado al gasto público es un peso que el Estado se puede permitir sin poner en riesgo los equilibrios de Chile. Es por ello que necesitamos a todas y todos para seguir este proceso reformador del país con respeto, solidaridad y justicia.
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