Hoy, como siempre suelo hacerlo, caminando por las calles de Los Andes he visto y considerado revelar una situación que me ha venido preocupando desde hace ya algún tiempo.
La ubicación de postes en la ciudad y sobre todo en el damero central está lleno de ripios, vacios, desidia, falta de rigurosidad y voluntad de hacer bien las cosas que si bien, a estas alturas, no me sorprenden en esta administración municipal, no pueden dejar de molestarme y preocuparme.
Veo, he visto, y quiero dejar de ver problemas en la libre circulación peatonal por las veredas de las calles de Los Andes, ejercicio fundamental que se está haciendo poco común con la nula fiscalización de esta administración, y en la que se ampara a la empresa generadora para que entre gallos y media noche, sobre todo los fines de semana cuando no hay inspectores municipales hagan y deshagan con los espacios de todos.
La necesidad es que la desidia de esta administración con la empresa privada y con temas que están afectando seriamente a los habitantes de la comuna se termine de una vez. Puedo entender que el municipio tenga pocos recursos y/o pocos inspectores municipales, pero estos son trabajos visibles que no se hacen de un momento a otro, por eso no quiero más vista gorda a estos temas.
La fiscalización es para todos, veo más inspección a particulares que a las empresas, y eso no debe ser, sobre todo cuando la concesión eléctrica es dada con fines de interés público. Entonces protejamos eso.
Además hacer un llamado a la ciudadanía, a que cuando se vean afectados o vean que la empresa privada está instalando postes de alumbrado público u obras que tengan que ver con la generación, sean ellos mismos en fiscalizar si los trabajos tienen los permisos necesarios y si han sido visados por la dirección de obras municipales como así lo señala la ley.
Los espacios públicos son de todos, y es justo y necesario que entre todos los protejamos, y que la municipalidad se ponga los pantalones y del lado de los ciudadanos, y no del empresariado. A fin de cuentas, que se cumpla la ley, y por sobre todo el mandato de sus habitantes.
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