Jueves, 25 de Abril de 2024  
 
 

 
 
 
Opinión

¿Cómo detectar el maltrato psicológico?

Por Tomás Covarrubias Fredes. Psicólogo.

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El maltrato psicológico se suele manifestar como un largo proceso en donde la víctima no aprecia cómo el agresor vulnera sus derechos, cómo le falta al respeto, la humilla y la víctima va progresivamente perdiendo autoestima y seguridad en sí misma. El inicio es variable, depende de las personas que configurarán la relación y de circunstancias diversas. Unos maltratadores comienzan en el noviazgo a dar muestras de señas de violencia psicológica, otros empiezan a mostrar algunos signos tras el embarazo del primer hijo o de repente sin haber una señal propiamente dicha la persona es otra para su pareja o los que le rodean.

Casi todos reconocemos los insultos, las continuas comparaciones para descalificarnos, el tono de voz duro y desagradable, un volumen alto con el ejemplo clásico de los chillidos y gritos, la mirada fija, la risa sarcástica y sabemos distinguir una cara de asco cuando nos hablan. Estos signos a los que restamos importancia van provocando en nosotros malestar interno y profundo, sin embargo, la agresividad verbal puede ser muy sutil o en cambio puede ser el típico repertorio de insultos. Se puede hablar de agresividad cuando la forma de hablar casi siempre es para desvalorizar al otro, no por un insulto aislado.

A continuación se muestran ejemplos de comunicación que vulnera nuestros derechos básicos y qué a la larga merman nuestra autoestima:

• Moralización: Es una forma muy sutil de control. La persona se cree dueña de la verdad absoluta y juzga a los demás con su baremo. Lo hace con palabras paternalistas, desde el prisma es que es una persona respetable. Por ejemplo: "Una buena esposa es la que da placer a su marido aunque no tenga ganas, así que vete preparándote"

• Interpretar: Este tipo de comunicación supone que la persona que habla hace una lectura de pensamiento del otro. "No vas a dormir conmigo porque estás vengándote de lo de ayer". "Seguro que piensas que no soy capaz de hacerlo yo sola".

• Tergiversación: El receptor sospecha de la intención del emisor y reacciona como si éste fuera a criticarlo. Ante la frase: "Hoy la comida está buena" la respuesta agresiva sería: "Quieres decir que suelo cocinar mal, ¿no es eso?".

• Interrogar: La persona agresiva se dedica a preguntar en plan policiaco. Muchas veces está el tema de los celos como tema de este tipo de preguntas. "¿Puedes darme una buena explicación por la que entienda yo que has llegado a las 17:35 y no a las 17:30 como quedamos?

• Mandar u ordenar: Imaginemos por un instante que nuestra pareja tiene la costumbre de mandar hacer o lo que es lo mismo, de ordenar. Una persona normal se dará cuenta de qué él otro podría hacer muchas cosas que delega y lo qué es más molesto, es la forma de expresión tan negativa añadiendo a ello una creencia de superioridad implícita. Frases como: "Quiero que me planches los pantalones con raya, como a mí me gusta”.

• Imponer soluciones: El individuo toma la decisión sin consultar a los demás miembros de la familia o a la pareja. "Yo quiero que nos quedemos en la casa estas vacaciones, así que para qué hablar más. Lo he dicho yo y basta".

• Criticar: Existen dos tipos de crítica, la constructiva o sugerencia y la crítica destructiva. Nos centraremos en esta última, que provoca un malestar en la persona que la recibe. La primera sirve para buscar una solución, la segunda se basa en la confrontación. "Si no fueras tan mamón, ya tendríamos la casa propia y yo no tendría que trabajar para pagar un arriendo"

• Ridiculizar: Burlarse del otro en algún aspecto. Por ejemplo: en una salida con amigos decir “si quieren que vayamos a bailar alguien más me tiene que acompañar porque mi marido parece marioneta cuando baila… que plancha”

• Despreciar: Menospreciar al otro individuo. "¡Eres una inútil, no haces nada bien!". "me estás haciendo perder el tiempo".

• Reprender: La persona en vez de sugerir cambios, directamente critica de forma destructiva: "La tortilla está asquerosa, está intragable, eres malísima cocinando”.

• Amenaza o coacción: En el maltrato psicológico que lleva años es muy típico encontrar que el agresor o agresora amenaza o coacciona si no se cumple algo con hacer o dejar de hacer algo. Es bueno recordad que el Código recoge la figura de las amenazas y coacciones cómo delito, esto muchas veces se pasa por el calor de la discusión. "Si me abandonas, te mato". "Calla a ese pendejo o le parto la cara".

• Culpabilizar y hacerse la víctima: Este fenómeno es muy corriente. El agresor proyecta su agresividad en la víctima y se percibe como inocente. "Ella me provoca, soy un hombre y debo responder así, si le pego o me enfado es porque me saca de mis casillas”

• Pseudoaprobación: La persona aparenta comprensión pero deja un poso de culpabilidad en la persona que la escucha. "Aquí te espero, estaré solo, esperándote, echándote de menos para que me hagas la cena, pero lo entiendo, tu mamá es lo primero para ti. Vete cariño".

• Tranquilizar: La persona tras haber hecho algo malo, tiende a indicar qué la otra está nerviosa, qué no controla sus emociones y ella le pide qué se tranquilice, demostrando lo buena persona qué es. "Sí, estaba con Ana en la cama, tranquilízate, estás histérica...si no es para tanto. Te sentirás mejor cuando me vista y nos vayamos a casa, tranquilízate. Te pones nerviosa por tonterías.".

• Retirarse: Hay un tipo de agresividad que se caracteriza por la pasividad, por la falta de compromiso para arreglar la situación. "Me molesta verte así, me voy no sé cuándo volveré. No te molestes en esperarme, a lo mejor ni vengo en varios días". Se trata de una respuesta pasivo-agresiva muy difícil de rectificar en la persona que elude el conflicto.

 

El problema cuando se detecta deberá consultarse a especialistas para que se tomen las medidas oportunas. Al ser un tipo de conducta muy difícil de probar requeriremos la actuación de profesionales si se decide una ruptura no conciliatoria. Es muy importante el apoyo de psicólogos especializados en temas de pareja, maltrato o victimiología. Será preciso descartar la posibilidad de que la autoestima se haya deteriorado o qué aparezca un cuadro psicológico derivado de este tipo de relación negativa.


 
 
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