El 16 de octubre es el día que nuestra Patria destina a reconocer y homenajear a los profesores y profesoras de Chile.
Como Presidente Provincial del Colegio de Profesores, hago llegar mi saludo más fraterno a todas y todos los docentes del valle de Aconcagua: los que estudian pedagogía o se inician en esta noble profesión; los que tienen años de experiencia y que entregan lo mejor de sí en las aulas; los próximos a retirarse y retirados con los que Chile tiene una deuda histórica que va incluso más allá de lo económico; aquellos profesores que ya partieron y que son recordados por quienes un día recibieron sus enseñanzas; saludo a los docentes del sector municipalizado y también a nuestros colegas y hermanos de profesión que laboran en los colegios particulares subvencionados y en los particulares pagados. Pese a las diferencias propias de cada contexto, compartimos la tarea humana y noble de educar, y esa es razón más que suficiente para sentirnos, reconocernos y aspirar a la unidad.
En este día celebramos, reflexionamos y pedimos que la sociedad reconozca de verdad nuestra labor: ¿quién sino un profesor o profesora puede trabajar 176 hrs. mensuales (y que te paguen 44 –el equivalente a una semana-) con cursos de 35 o más alumnos a la vez, procurando que aprenda cada uno y que avance en su desarrollo como persona? Un solo curso significa 40 personas, 40 temperamentos, 40 maneras de mirar el mundo, 40 formas de aprender, comportarse, convivir… En este mundo tan cambiante, los niños de hoy no son los mismos de ayer. Bien lo saben los padres que muchas veces llegan pidiendo al profesor que les ayude a solucionar sus problemas de comunicación, disciplina, etc.
Sin embargo, los docentes no dejamos nunca de soñar, de imaginar un mundo mejor y de trabajar por lograrlo. En estos tiempos de cambios, los profesores no podemos quedar al margen de los modelos, las propuestas y modificaciones. Nuestra voz debe ser escuchada y respetada: los especialistas en educación somos nosotros y seguimos declarando con fuerza que estamos por cambios sustantivos y no por simples rectificaciones al modelo; somos los profesionales que formamos la sociedad y esta no puede dejarnos al margen de las decisiones que van a afectar positiva o negativamente a millones de chilenos por varias generaciones. Una vez más decimos: Sin profesores no hay reforma.
Profesores y profesoras de Los Andes, Calle Larga, San Esteban, Rinconada, de todas las escuelas, liceos y colegios de Aconcagua: ¡Feliz Día, ánimo y fortaleza para construir una Patria más feliz!
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